Hoy 
POR NARCISO PEREZ
SANTIAGO.- El arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio pidió ayer al ayuntamiento y al gobierno aunar esfuerzos para resolver el foco de contaminación que representa el vertedero de Rafey, que actualmente inunda de humo toda la ciudad.
«Lo del basurero es una necesidad local y que tiene también una repercusión nacional y es una respuesta que debe ser dada por los dos gobiernos, es decir el municipal y el Central», subrayó monseñor de la Rosa y Carpio.
El prelado precisó que en esta ciudad existe el interés, tanto de la sociedad civil como de las autoridades municipales, de eliminar el vertedero.
«Soy testigo de que estando en el municipio de Galicia, el señor síndico José Enrique Sued, se tocó el tema económico con el gobierno buscando una posible solución, pero el problema es de muchos recursos financieros», puntualizó el dignatario.
A pesar de que el síndico ha propuesto al gobierno que aporte el 50 por ciento para construir un relleno sanitario cuyo costo sería de RD$100 millones, ningún acuerdo o encuentro oficial se ha sostenido al respecto.
MUCHO HUMO
Mientras tanto, diariamente los habitantes de esta ciudad están condenados a inhalar humo casi las 24 horas del día.
Durante la última semana la ciudad ha estado bajo un manto gris opaco como consecuencia del humo contaminante que despide el vertedero a cielo abierto.
Esta humareda que, según el neumólogo Benjamín Hernández afecta con frecuencia la salud de asmáticos, despide un olor pesado difícil de aguantar y que, además produce ardor en los ojos.
Los más afectados son los residentes en los barrios Cienfuegos, ensanche Espaillat, Las Colinas, La Gloria, Brisas del Canal, El Ingenio, La Otra Banda, Monte Rico, Mella Uno y Mella Dos, Ciudad Satélite, ensanche Libertad, Las Américas, ensanche Bermúdez y otros.
El director regional de Salud Pública, Melchor Figuereo y el director provincial, Ramón Martínez Henríquez, informaron por separado a este diario que no tienen una salida a la situación que está enfermando a medio Santiago.
El humo se siente más en horas de la madrugada, la noche y la mañana cuando cubre totalmente la ciudad.
