WASHINGTON. AP. Las perspectivas de John McCain en las elecciones presidenciales parecen mejorar día a día a medida que Barack Obama y Hillary Rodham Clinton prolongan una batalla cada vez más agria y personal. Las encuestas indican que, gane quien gane entre los demócratas, los comicios presidenciales serán muy reñidos, lo que representa un avance para McCain, a quien se le daban muy pocas posibilidades no hace mucho.
McCain no quiere confiarse y dice que para dar pelea, deberá recaudar más dinero, vigorizar un partido Republicano bastante dividido en torno a su candidatura, darse a conocer como algo más que un veterano héroe de guerra y dejar en claro que no representa un continuismo de la era de George W. Bush.
McCain está en la política desde hace más de tres décadas y sabe que cualquier cambio de aires puede echar todos sus esfuerzos por tierra. Hechos fuera de su control, como la ocupación de Irak, pueden dar un giro negativo y quitarle sustento a sus puntos de vista en ese tema. McCain se jugó a favor de la política de Bush de aumentar la cantidad de soldados en Irak e insiste en que no hay que retirarse mientras no se logren los objetivos delineados. Es comprensible que McCain se muestre cauteloso.