BAGDAD, (EFE).- Al menos 15 policías murieron y otros 21 resultaron heridos en la noche de ayer, en atentados con camión y coche bomba, al norte de Bagdad, informaron ayer fuentes de los cuerpos de seguridad iraquíes.

Once de los policías perdieron la vida y otros 16 resultaron heridos en la explosión de un camión cargado de explosivos conducido por un suicida cerca de un puesto policial, en la zona de Al Cherqat, próxima a Tikrit, capital de la provincia de Salahedin, a 175 kilómetros de Bagdad.

Según las fuentes, entre los muertos figura el coronel Talal al Yaboury, jefe de la cuarta brigada del Ejército iraquí, que en el momento del atentado pasaba cerca del puesto de control policial en una caravana de coches.

Los miembros de la Policía y el Ejército iraquíes son el blanco de la resistencia y los grupos terroristas iraquíes por considerarlos colaboracionistas con las fuerzas de la coalición, encabezada por EEUU.

Por otra parte, fuentes del ministerio de Interior informaron anoche que alrededor de 2.000 personas, entre civiles, policías, militares y rebeldes, murieron en actos de violencia durante mayo pasado, un 30 por ciento más que el mes de abril, cuando la violencia mató a 1.689 personas.

Un total de 344 personas murieron en la capital debido al estallido de artefactos explosivos, coches bombas y proyectiles de mortero, además de asesinatos a tiros, precisaron las fuentes.

Asimismo, durante el pasado mes de mayo la Policía halló 746 cadáveres de personas que fueron secuestradas y acribilladas, 29 de esos cuerpos fueron encontrados el último día de ese mes, agregaron las fuentes.

Por otra parte, las cifras del ministerio de Interior consignan que la violencia en ese periodo dejó 2.023 personas heridas, de las que 1.000 estaban en la capital.

La violencia persiste en Irak pese al plan de seguridad para Bagdad “Aplicamos la ley”, vigente desde el 14 de febrero pasado, y que ha sido acompañado por dispositivos de seguridad similares en las provincias que registran una alza de la actividad rebelde.

Asimismo, soldados estadounidenses llevaron a cabo una operación en el bastión de una milicia chiita de Bagdad y descubrieron un arsenal de 23 cohetes, según ellos preparados para ser lanzados contra la Zona Verde, la región más protegida de la capital, anunció el sábado el ejército.

 «El escondite de armas fue descubierto en un barrio conocido por los habitantes como la zona prohibida del ejército de Mahdi, desde donde han sido lanzados muchos de los cohetes que han golpeado la Zona Verde», precisó el ejército estadounidense en un comunicado.

 El ejército de Mahdi es la milicia del clérigo chiita radical Moqtada Sadr y está acusado de atrocidades contra la comunidad sunita y de ataques contra las fuerzas de la coalición, dirigida por Estados Unidos.

 La operación fue efectuada cerca del barrio chiita Ciudad Sadr a partir de informaciones facilitadas por un civil iraquí, según el ejército norteamericano.

 En los últimos meses, la embajada estadounidense, el parlamento iraquí y las oficinas del primer ministro Nuri al Maliki, todos ellos situados en la Zona Verde, han sido el blanco de obuses de mortero y de cohetes, cada vez más numerosos y precisos.

Por otro lado, otros tres soldados estadounidenses murieron en combate en Irak, dijo una fuente militar norteamericana, haciendo del mes de mayo el más mortífero desde noviembre de 2004.

 Dos de los soldados murieron el 30 de mayo, elevando el número de víctimas fatales estadounidenses a 121 durante el pasado mes, el peor balance desde que los marines sitiaron la ciudad de Faluya en noviembre de 2004, cuando murieron 137 militares.

 Un tercer soldado murió el viernes en Bagdad, convirtiéndose en la primera víctima estadounidense del mes de junio en Irak, informó el mando militar norteamericano.