Batman y el guasón

Batman y el guasón

Dos-Caras habla como si hablara consigo mismo, o con su “otro” mismo: “Piensas que podemos ser hombres decentes en tiempos indecentes. Pero, estás equivocado; el mundo es cruel, y la única moralidad en un mundo cruel es el azar…” Lanza su moneda, y agrega: “…sin influencias.” Mira al teniente Gordon y remata: “…imparcial. Justo.”

The Dark Knight.  (Traducción Libre)

Tiene mucho que decirnos, más de lo que nos imaginamos, aunque parezca mentira, aunque diversas personas lo duden. Me refiero a la más reciente versión del Batman, llamada “The Dark Knight”, ¿El caballero de las sombras? ¿El caballero tenebroso? ¿El caballero nocturno? ¿El caballero oscuro? Tradúzcalo como quiera pero vaya a verla. Sea usted o no amante del cine la película tiene algo que decirle, un mensaje cifrado que es más trascendente de lo que las apariencias sugieren. Es una gran fábula.

Si no padece usted de cinefilia, pero le preocupa la ética de la postmodernidad, y no sabe cómo las sociedades pueden lograr el respeto a las leyes, y se queda estupefacto ante el poder de la corrupción, y se impacienta al ver tanta indefensión, vaya a verla, y reflexione sobre el gran dilema del teniente Gordon en su relación con el Batman: la lucha contra el crimen respetando la ley, como debe ser, es imposible en una ciudad Gótica capturada (casi como nuestra nación) por el lavado y la corrupción, por lo que de vez en cuando se les hacen sus trampitas a la ley para lograr que se cumpla la ley, ¿desconcertante, no?

Si a veces piensa que este mundo sólo se arregla a tiros, que no se puede confiar en nadie, que el comportamiento corrupto se generaliza, y la moral es una antigualla de museo, vaya a verla pensando en Harvey, el procurador fiscal, y Rachel, su ayudante.

Si cree que las leyes no pueden contra la maldad que nos rodea, y desencantado y perpleja grita: ¿qué carajo podemos hacer?, vaya a verla y préstele atención a Bruce Wayne y su amor, y su cruzada, y su sacrificio, y su máscara de playboy superficial. Sí, su gran sacrificio: ese ser quien no se es, para ser quien se quiere ser.

Si cree que la verdad siempre redime a alguien de algo, corra a una sala donde exhiban “The Dark Knight”, y piense en el corazón de la recta ayudante del fiscal Rachel Dawes, el amor de Bruce y de Harvey.

Si en ocasiones se le hace incomprensible el comportamiento de ciertos políticos, de ciertas personas, y se pregunta: ¿cómo hay gente que se hunde irreflexivamente en el cieno asqueroso de la maldad?, piense en el Guasón, un personaje de carácter nietzschiano porque ha elegido su propia vida, sin atadura sociales, sin sentido de culpa, es como niño no socializado que abomina de convenciones sociales y enfrenta el consumismo, es un “superhombre” en el concepto de Nietzsche, que ha entrado en una espiral de violencia indetenible, en la cual sólo le importa demostrar que su filosofía es la filosofía del mundo, que él es producto de una época, y hasta cierto punto, que simboliza el futuro de la humanidad, y recuerdo esa frase de Marx: “corazón de un mundo sin corazón”, no sé porque la recuerdo, pero estoy seguro que el Guasón es el único ser auténticamente libre en toda esta historia.

Si piensa en lo tenue de la línea que separa el bien del mal, y cree que nuestra nación necesita un liderazgo inspirador o un salvador que nos diga cuál es el camino, y al cual terminaremos siguiendo todos y todas, vaya a verla y piense en la compleja vida de Bruce Wayne, y en las opciones del Batman, en los dilemas ético que se le presentan, y en Havey, ese fiscal incorruptible.

Si cree que la construcción es colectiva, y que a fin de cuenta somos dueños de nuestra vida y nuestra historia, vaya a verla y fíjese en la soledad de sus personajes principales, en la tragedia de Harvey, en la familia de Gordon, yen la decisión final que el Batman comunica a Gordon, mientras Harvey… no puedo decir más porque sería contar algo trascendente para la historia.

Si se siente abrumado por el trabajo que realiza, si cree que, en ocasiones para llegar al cielo hay que pasar por el infierno, por lo que a veces el camino hacia el bien se ve adobado de maldad, observe la decisión de Lucius y sus palabras: “te ayudo, pero después me voy, porque esa máquina y yo no somos compatibles…” ya entenderán, cuando vean la película.

Si en ocasiones cree que la humanidad, a fin de cuenta, tiene una pulsión animal que le lleva al individualismo egoísta, que hombres y mujeres buscan salvarse a sí mismos a costa de quien sea, sin importar las vidas que cueste, “las vidas que pueda costar”, piense en el destino de los dos barcos, y la naturaleza de las personas que están en ambos, y en quién toma la decisión (o quien no la toma) en cada uno de los barcos, ¿quién se atreverá a apretar el interruptor primero?… y los demás dejan hacer, ante lo perplejamente complicada que es la situación, ¿tenemos una pulsión hacia la inercia?

Si padece usted de cinefilia, preste atención a esa atmósfera asfixiante, a esa historia que se sucede de manera vertiginosa, que da respiro para pensar un poco, pero de repente retoma la velocidad y la violencia que podrían caracterizar una de las grandes ciudades de cualquier país.

Note complejidad en que las sicologías de los personajes son desarrolladas. Es el comic, o novela gráfica el arte actual. Sé que el guión es original, pero los personas nacen y se desarrollan según las leyes del comic, del nuevo comic. Pensando en “Sin City”, “Camino a Perdición”, “Tiempos Violentos”, “V de Venganza”, uno puede sostener que el comic, ha devenido en el arte de estos tiempos, en la forma de expresión del hombre y la mujer de este mundo cegado por la magia de las luces, el video y la vida rápida. Y esta película a pesar del guión original, en el fondo es un comic, y sus personajes son metáforas de la vida real, ¿arquetipos literarios?, observe como una acción o una palabra retrata la compleja vida interior del Guasón, del Batman, del teniente Gordon, de Harvey, de Lucius, de Rachel, de Alfred, y hasta de un chino que se larga para Hong Kong…

Si le gusta el cine disfrutará la fotografía, el montaje, la edición, la construcción de esa ciudad Gótica que no puede ser más barroca, el uso del claroscuro, sí la iluminación, y las actuaciones. Le hablarán de la gran actuación de Ledger como el Guasón, ah, pero no, no es Ledger el único responsable de su actuación: le han dado el mejor papel de la película, el personaje más interesante. La fuerza de este Guasón, no se la da sólo el actor, hay mucha responsabilidad del guión y del director, de ese Nolan que ha redefinido el mito del Batman, que nos ha construido una metáfora descomunal, sobre las leyes, la ética, la moral, y las decisiones individuales que tienen impacto en lo colectivo, y sobre todo el sacrificio… el sacrificio…

Piense que a veces hay verdades que es mejor no saber, que es bueno tener alguien fiel que nos cuide de la verdad, de nosotros mismos, y usted, cuando la vea, piense en esa carta, que el amor del Batman entrega a Alfred:

El amor del Batman: “Dásela cuando estimes necesario”.

Alfred: “¿Cómo lo sabré?”

El amor del Batman: “El sobre está abierto”.

Bueno, posiblemente no sean las palabras exactas, cito de memoria, pero por ahí va la cosa, y por ahí va la complejidad ético-moral de esta película, de este discurso de época, de este sentimiento epocal… la indefensión ciudadana, carajo; la indefensión ciudadana, joder; la responsabilidad humana, señores y señoras, coño. Inevitablemente la pregunta final es: ¿Será realmente “el hombre el lobo del hombre”?

En síntesis

Una película de gran fotografía y gran montaje

Si le gusta el cine disfrutará la fotografía, el montaje, la edición, la construcción de esa ciudad Gótica que no puede ser más barroca, el uso del claroscuro, sí la iluminación, y las actuaciones. Le hablarán de la gran actuación de Ledger como el Guasón, ah, pero no, no es Ledger el único responsable de su actuación: le han dado el mejor papel de la película, el personaje más interesante.

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