“Bávaro: La sucursal de Hollywood”

“Bávaro: La sucursal de Hollywood”

Manuel Cruz

Antes y después de nuestra pubertad todos quedamos absortos con la famosa película de Superman y, desde 1938 nadie ha podido escapar de las aventuras del legendario Clark Kent. Sin embargo, después de ser adultos todos comenzamos a preguntarnos ¿cómo pudimos pasar años viendo algo así?  

Por tal razón, hoy resulta hasta gracioso saber que en nuestra adolescencia vimos a un hombre que volaba, que congelaba objetos, lanzaba un rayo de los ojos, era inmortal y que solo se ponía unos lentes y nadie lo conocía. Empero, a pesar de haber creído que lo vimos todo; en República Dominicana hay personas con más poderes que el propio Superman.       

Una Película de Terror.   

El pasado 27 de junio en un artículo titulado El Bávarogate, me referí a las incongruencias jurídicas y estratégicas del proyecto denominado aeropuerto de Bávaro. Pero, en esta entrega quiero describirles las inobservancias técnicas y económicas de dicho megaproyecto.

Desde esa perspectiva, me surgen las siguientes interrogantes, ¿los artífices de ese aeropuerto son los mismos que inventaron a Superman? O ¿estamos en presencia de otra película producida y dirigida por el gran Steven Spielberg? Sin importar la retórica mediática estamos viendo el guion de una serie de terror.

En ese sentido, el eje central de la estrategia comunicacional de dicha obra ha sido venderla como la panacea económica de la provincia; máxime, un gran generador de miles de empleos. Contrario a todo eso, el propio Ministerio de Hacienda les había advertido a las autoridades en un informe sobre el perjuicio que generaría para el Estado dicho obra.

Asimismo, el reconocido economista Henri Hebrard quien diera a conocer el dispositivo del informe indicó, “que el Estado entregaría incentivos a los beneficiados por un espacio de 15 años dejando de recibir ingresos fiscales por un monto cercano a los 4,500 millones de pesos”, ¡Carajo! Cuanta suerte.

Otros pasivos.                                                                 

La revelación de esa ignominia gubernamental ha generado profusos reclamos por parte de los residentes en la zona; toda vez que, han exteriorizado su inconformidad con dichos incentivos ya que ese importante pivote turístico no tiene siquiera un hospital público para la asistencia de los residentes y los propios turistas.

Además, ¿cómo pueden estar planteándole al pueblo un pacto fiscal al mismo tiempo que le estamos entregando en exoneraciones 4,500 millones a un grupo empresarial? Con el agravante, de que ese informe establece que sin esos incentivos ese proyecto no podría realizarse.

De igual forma, se le suman a dicha película opiniones técnicas como las del reconocido geólogo Tabaré Mundaray quien afirmó “que las condiciones geomórficas de esa zona no son aptas para la construcción de otro aeropuerto”. Parece que las autoridades se pusieron mascaras antimoscas para aprobar ese proyecto.

Cual, si fuera poco, el director ejecutivo de la Asamblea Nacional Ambiental (ANA) Domingo Abreu Collado, manifestó “que la construcción del aeropuerto de Bávaro produciría una debacle hidrográfica en la provincia La Altagracia. Visto todo esto, solo nos queda afirmar que Bávaro se convirtió en la nueva sucursal de Hollywood.   

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