En el polo turístico de Bávaro los contrastes socio-económicos son extremos, preocupantes, riesgosos. Por un lado está el progreso de una oferta hotelera de alta categoría, y por el otro se advierte la creciente arrabalización y la invasión paulatina por haitianos indocumentados y la mayoría de ellos parásita sin ocupación. El aumento de los índices de delincuencia en la zona tiene origen y causas inocultables. Lo peor es que nadie con autoridad parece preocuparse por la situación.
La fragilidad de nuestra política migratoria se pone de manifiesto con casos como estos. Entre la frontera y Bávaro media una distancia respetable. Los haitianos indocumentados la salvan sin el menor tropiezo. Se descarta que pasen desapercibidos y se deduce que llegan tan lejos porque les amparan quienes tienen en el tráfico de ilegales un negocio de gran rentabilidad. Ejecutivos del negocio turístico se han quejado repetidamente, pero nadie les ha hecho caso.
Ahora hay en la zona de Bávaro una presencia notable de estos indocumentados. A ninguna autoridad se le ocurrió impedir los primeros asentamientos que iniciaron esta especie de colonización. Se ha dejado crecer un problema con muchas aristas difíciles de manejar. Los haitianos no son culpables. Ellos procuran subsistir y nosotros no ponemos reglas.
El peligro cada vez más cerca
El uso cada vez más abundante de gas licuado de petróleo en vehículos de motor ha multiplicado el número de estaciones de expendio de este combustible. Muchos de estos establecimientos están cercados de viviendas en barrios populosos. La condición de inflamable del GLP y la floja supervisión de las normas de seguridad para su expendio en las estaciones mantienen en constante riesgo zonas habitadas.
Hace poco el estallido de un tanque en una planta de expendio de GLP de Villa Juana dejó dos personas gravemente quemadas y más de una decena de viviendas dañadas. Aparentemente se trató de un manejo imprudente o la falta de una supervisión oportuna de las condiciones del equipo y su manejo lo que ocasionó la explosión. Hace algún tiempo los bomberos advirtieron sobre la inobservancia de las reglas de seguridad en la mayoría de las plantas de GLP. Hay que mejorar la supervisión de la operación de estos establecimientos.