Bávaro: víctima de su desarrollo

Bávaro: víctima de su desarrollo

Fue muy acertada la decisión de la secretaría de Turismo ir al rescate del anillo vial de la zona turística de Bávaro-Punta Cana, cuya condición, desde hace años, era desastrosa, la hacían intransitable y provocadora de graves accidentes en una región repleta de hoteles y asentamientos humanos de cierta consideración.

Ahora, desplazarse desde La Otra Banda hasta Verón y luego a Bávaro Punta Cana y Cap Cana, o en su lugar hasta el cruce de Friusa y continuar hasta Macao y retornar a Higüey por la vía de La Cruz de Los Isleños, es el disfrute de conducir seguro, sólo con el cuidado de un tráfico en aumento y un notable dinamismo humano y comercial, en donde llevan la delantera la presencia de miles de haitianos laborando en la construcción de hoteles o en proyectos inmobiliarios así como empleados en los diversos resorts.

Las autoridades reguladoras del crecimiento urbanístico no han percibido el peligro de la explosión en desbandada de la zona, por el desorden existente con trazados de supuestas calles arrabalizadas y promoviendo una promiscuidad típica de las poblaciones dominicanas o haitiana.

Es notable el dinamismo de la zona que se percibe en el tránsito del tramo de Verón –Arena Gorda, con tantos camiones cargados de materiales de construcción, autobuses transportando trabajadores y turistas, o estos desplazándose a pie o en motocicletas, de manera que el mejoramiento de las principales vías de comunicación, ha estimulado sin duda una expansión habitacional desordenada y podría resultar difícil frenarla para regularla por la lentitud burocrática de ir en previsión de esos males que acarrea el progreso.

Es necesario insistir, por el momento a la espera de la construcción de la Autovía del Coral, en el mejoramiento del cruce por los bateyes del Central Romana, para desechar los cuellos de botella en atravesar tanto a Higüey como a La Otra Banda, en donde se continúa en la costumbre de exponer a la vista las bandas de las reses recién sacrificadas o los trozos de carne salada, lo cual provoca una impresión muy desagradable a los turistas educados en su protección a los animales. Turismo y las autoridades municipales deberían buscarle una solución a ese feo espectáculo de carnes colgando expuestas al polvo, a las moscas, al sol y cualquier otra contaminación del ambiente.

Ha resultado lamentable la paralización de la construcción del Boulevard desde Punta Cana-Bávaro-Arena Gorda, debido a que los contratistas originales parecían que no eran del agrado de las actuales autoridades y se les rescindió el contrato para dejar deteriorándose los trabajos ya realizados.

Esa vía esencial para evitar tantos cruces y desvíos que sólo sirven para confundir a quienes van por primera vez a la zona conduciendo sus vehículos. Los trabajos no han sido reiniciados por la empresa favorecida para la terminación de la obra, la cual completaría el trabajo ya realizado desde La Cruz de Los Isleños hasta Macao.

El fervor puesto por la secretaría de Turismo para resaltar las carreteras de Bávaro debe enfilarse para llevar el orden urbanístico a esa zona, deteniendo la arrabalización actual, muy avanzada por la notable presencia de personas, en especial haitianos, transitando hacia sus trabajos o buscándolos.

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