BCE entra impasse siete semanas, mientras Draghi busca apoyo

BCE entra impasse siete semanas, mientras Draghi  busca apoyo

Mario Draghi tiene siete semanas después de un 2014 que termina con divisiones para generar consenso entre sus funcionarios en relación con el estímulo.

Luego de abstenerse de una flexibilización cuantitativa –QE por la sigla en inglés- para la zona del euro en la reunión del Consejo Gobernante, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) aseguró que va a “reevaluar” la situación a principios del año próximo.

El consejo espera analizar una propuesta de amplias compras de activos, comprendida deuda soberana, en la próxima reunión del 22 de enero, dijeron dos funcionarios del banco central familiarizados con las deliberaciones.

El BCE tendría que tomar una decisión pronto, dado que la inflación ya se encuentra en el nivel más bajo en cinco años, situación que se complica más como consecuencia de la caída de los precios del petróleo.

Draghi dijo que, si bien considera que puede alcanzarse un amplio acuerdo sobre medidas, no hace falta que el apoyo sea unánime.

“Es evidente que la situación exige una QE”, dijo Carsten Brzeski, economista jefe de ING-DiBa AG en Fráncfort.

“El persistente hincapié en la baja inflación hará muy difícil hasta para los monetaristas alemanes más puristas impedir una QE”.

Draghi fortaleció su discurso sobre un posible estímulo al decir que las autoridades “tienen la intención de” –más que “esperan”- que el balance del BCE crezca y llegue a los niveles de principios de 2012.

Si bien ese cambio sugiere que el BCE podría mostrarse más enérgico en relación con su plan de incorporar 1 billón de euros (US$1,24 billones) en activos, es algo en lo que no coinciden todos los miembros del círculo más estrecho de Draghi –la Junta Ejecutiva de seis miembros- ni los 24 miembros del Consejo Gobernante.

Paquete de QE. Se contempla que el paquete para enero, que aún no se ha elaborado, comprenda diversos tipos de bonos y excluya las acciones, dijeron funcionarios del banco central pertenecientes a la zona del euro que pidieron que no se revelara su identidad porque las conversaciones son privadas.

Aún no se ha tomado una decisión respecto de la instrumentación de una QE, y los próximos datos podrían influenciar la composición del programa, dijeron. Un vocero del BCE se negó a hacer declaraciones.

Parte de la oposición más importante a las compras de bonos soberanos procede de la mayor economía de la zona del euro, Alemania. Sabine Lautenschlaeger, que integra la Junta Ejecutiva, y Jens Weidmann, miembro del Consejo Gobernante, se han manifestado abiertamente en contra de la medida en las dos últimas semanas.

Eso podría significar que, si bien Draghi dijo que “no hace falta unanimidad” para instrumentar una QE, de todos modos tendría que volver a postergarla en enero, según Nicholas Spiro, director gerente de Spiro Sovereign Strategy en Londres.

“Si bien Draghi asegura que Alemania no tiene el poder de vetar una QE, el hecho es que la oposición alemana a un estímulo más enérgico es lo que impide que el BCE tome medidas más audaces”, dijo. “El BCE enfrenta ahora una crisis de credibilidad”, sostuvo.

 

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