El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 5.25% anual.
Esta decisión se fundamentó en un análisis exhaustivo del balance de riesgos en torno a los pronósticos de inflación, la evolución de los principales indicadores macroeconómicos nacionales, el entorno internacional, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo.
La inflación del mes de diciembre de 2017 fue de 0.97%, mientras que la inflación interanual se ubicó en 4.20%, cercano al valor central del rango meta de 4.0%±1.0% establecido en el Programa Monetario. A su vez, la inflación subyacente, relacionada a las condiciones monetarias, alcanzó 2.36% interanual al cierre de 2017.
Los pronósticos indican que la inflación se mantendría dentro del rango meta en el horizonte de política monetaria de 24 meses.
En el ámbito internacional, la economía mundial experimentó un crecimiento de 3.2% en 2017, mientras que para 2018 Consensus Forecast (CFC) estima una tasa de expansión de 3.3% para la economía global. En 2017, el comportamiento de la economía mundial estuvo impulsado por el desempeño de las economías avanzadas, particularmente por tasas de crecimiento de 2.3% en Estados Unidos de América (EUA) y 2.5% en la Zona Euro (ZE).
Para 2018, CFC proyecta que el dinamismo de las economías avanzadas continuaría con una expansión de 2.7% en EUA y de 2.2% en la ZE. Por el lado de los precios, la inflación de EUA fue de 2.1% en 2017 y la de la ZE de 1.4%, mientras se espera que para 2018 en ambas economías el crecimiento de los precios sería similar al del pasado año.
La recuperación continuó en América Latina (AL) durante 2017, estimándose un crecimiento de 1.8% de acuerdo a Consensus Forescast. Para 2018, se prevé que todos los países de la región mantendrían un desempeño económico positivo, con la sola excepción de Venezuela.
En ese sentido, las proyecciones de crecimiento de CFC apuntan a una expansión para la región de 2.6% para el cierre de 2018. En términos generales, las economías grandes de AL, exportadoras de commodities, se beneficiarían de la tendencia al alza que se observa en los precios internacionales de los bienes primarios, al tiempo que estarían enfrentando condiciones financieras internacionales favorables en un entorno de abundante liquidez a nivel mundial.
En el contexto doméstico, la economía ha reaccionado favorablemente a las medidas de flexibilización monetaria que se implementaron a partir de agosto de 2017. Desde ese período, la tasa de interés activa se ha reducido significativamente y los préstamos al sector privado en moneda nacional han crecido en unos RD$55 mil millones.
El crecimiento del crédito alcanzó 12.5% interanual al cierre de enero, generando un gran dinamismo en la inversión y el consumo, lo que impulsó la recuperación de la demanda interna. En efecto, informaciones preliminares del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) indican un crecimiento de 7.4% en el mes de diciembre y una expansión acumulada de 4.6% durante el año 2017.
Las perspectivas para la economía dominicana en 2018 son positivas, al proyectarse un crecimiento en torno a 5.5% en el Programa Monetario, influenciado por una mayor expansión en EUA, nuestro principal socio comercial, y por el dinamismo del crédito a nivel doméstico. Los modelos macroeconómicos indican que el crecimiento podría ser aún mayor al cierre del año, acercándose a 6.0%.
Por otro lado, el sector externo continúa registrando un buen desempeño, cerrando el 2017 con un déficit de Cuenta Corriente de -0.2% del PIB, el menor en trece años. Asimismo, el resultado positivo de la balanza global de pagos permitió una acumulación de reservas internacionales de unos US$730 millones, unos 4.4 meses de importación.
El dinamismo de las actividades generadoras de divisas como turismo, remesas e inversión extranjera contribuyó a esta notable acumulación de reservas internacionales, a la vez que facilitó el mantenimiento de la estabilidad relativa del tipo de cambio.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria al logro de su meta de inflación y al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, contribuyendo a crear las condiciones para que la economía crezca en torno a su potencial.
En ese sentido, seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial y la coyuntura doméstica, a fin de adoptar las medidas necesarias ante posibles riesgos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.