Washington (EFE).- En EEUU, donde el consumo de drogas está prohibido, se permite Cocaine (Cocaína), una bebida energética que según sus promotores es la alternativa legal a la conocida droga pero que ha despertado la alarma del Gobierno.
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) publicó a principios de abril una carta en la que alertaba a Redux Beverages, empresa que comercializa la controvertida bebida energética, de que su publicidad superaba los límites legales.
Según la FDA, Cocaine aparecía anunciada en su página web como un complemento dietético y al mismo tiempo citaba y proporcionaba la definición de algunos de sus ingredientes, de los que se decía que sirven para prevenir, tratar o sanar enfermedades tales como ansiedad, depresión y transtornos obsesivo-compulsivos.
Muchas de las bebidas energéticas del mercado se promocionan como suplementos a una dieta porque dan mucha energía, explicó a Efe James Kirby, fundador de Redux Beverages.
Nuestra bebida contiene inositol, como otras muchas, y en su definición indica que sirve como tratamiento de varias enfermedades. Pero nosotros no la pretendíamos anunciar como un medicamento, añadió Kirby. A las quejas de la FDA se han unido voces como la del fiscal general de Connecticut (EEUU), Richard Blumenthal, que amenazó este mes a la compañía promotora de Cocaine con denunciarla si no dejaba de vender en díez días esa bebida en su estado. Cocaine idealiza peligrosamente el uso de la droga, dijo Blumenthal durante una rueda de prensa.
Creo que tan sólo el nombre del producto es un insulto contra cualquiera que pretenda desalentar el consumo ilegal de drogas, añadió el fiscal.
El control de la venta de este producto no le va a resultar nada fácil a Blumenthal porque Cocaine se puede adquirir en algunas tiendas selectas de ciertas ciudades de EEUU, pero fundamentalmente se comercializa a través de internet.
La bebida no ha dejado de crear polémica desde que salió al mercado en septiembre de 2006. Sin embargo, éste era su objetivo.
Sabíamos que el nombre crearía controversia y eso era lo que queríamos, porque lo polémico vende, aseguró Kirby.
El fundador confesó que no tenían mucho presupuesto para publicidad así que decidieron utilizar la estrategia de dejar que la gente hable.
Para Kirby las quejas de la FDA no tienen nada que ver con el contenido del producto, que cuenta entre otros ingredientes con 280 miligramos de cafeína en cada lata. La FDA sólo tiene problemas con nuestra estrategia publicitaria, no con la composición de nuestro producto en sí, aseguró Kirby.
La alarma ha saltado porque han recibido varias quejas de grupos políticos y otras organizaciones, así que simplemente están haciendo su trabajo, dijo el fundador de la compañía.
Entre las recomendaciones de la FDA a Redux Beverages se aludía a ciertas alusiones a la bebida que aparecían en su página web, y que ya no aparecen porque, según dijo Kirby, se han tomado en serio la advertencia.
La velocidad en una lata, Cocaína líquida o Subidón instantáneo, eran algunas de las frases que Cocaine utilizaba para promocionarse.
Las bebidas energéticas son uno de esos productos de los que todo el mundo habla pero que nadie sabe realmente lo que tienen. Para algunos deberían estar prohibidas puesto que dosis tan altas de cafeína en el cuerpo pueden resultar peligrosas.
Sin embargo, también lo es la ingestión de esta sustancia excitante en cualquiera de sus otras modalidades, por ejemplo, en el café.
Un café de cerca de 46 centilitros de populares cadenas como Starbucks cuenta con 375 miligramos de cafeína, cantidad que supera la de cualquiera de nuestras latas, se defendió Kirby.
Para otros, la idea de Cocaine como la alternativa legal a la droga real y su logotipo con serigrafía que simula letras confeccionadas con un sugerente polvo blanco son razones más que suficientes para hacer de esta bebida energética todo un éxito de ventas en EEUU.