Las Olimpiadas de Invierno que se celebran en Beijing se han estado desarrollando de manera impecable e impresionante.

Muchos apostaban que así serían recordando el éxito de las Olimpiadas de Verano del 2008, sin embargo, el Comité Olímpico Internacional ha considerado, sin que aún terminasen, que han “superado las expectativas”. La ceremonia de apertura fue un derroche de majestuosidad y esplendor sustentada en una gala de tecnología.

El lema adoptado fue “Juntos por un futuro compartido”, objetivo contra el que algunos conspiraron con historietas de todo tipo y, contrario al espíritu olímpico, alimentando tambores de guerra que para muchos suenan ficticios pero que resultan convenientes para intentar distraer la atención mundial a los Juegos.

No habían comenzado las Olimpiadas y ya algunos medios estadounidenses la habían emprendido contra los mismos, lo que motivó que la embajada china en Washington publicara una misiva recordando que “Beijing 2022 debería ser un escenario internacional para el espíritu olímpico, no para la manipulación política», asegurando que los “únicos perdedores son los traficantes de rumores…”.

Yiannis Exarchos, director general de los Servicios de Transmisión Olímpica, Brian McCloskey, jefe médico de los Juegos, Juan Antonio Samaranch Jr, responsable del comité coordinador, entre otros altos funcionarios y mandatarios, han alabado la excelencia organizativa.

Se reconoce que son los primeros Juegos con electricidad ecológica y aplicar tecnología para fabricar hielo no contaminante e, igualmente, los primeros en instrumentar plenamente las políticas de sostenibilidad del Comité Olímpico.

Simbólicamente, uno de los dos atletas que prendieron la llama olímpica de inicio de los juegos era representante de la etnia uigur de la autónoma provincia de Xinjiang donde la cosecha de algodón está mecanizada en 90% por lo que las máquinas están sometidas a “trabajo forzado”.

Basado en la novela no comprobada del genocidio uigur, Washington llamó a un boicot diplomático que le sirvió para comprobar como el mundo ha cambiado y China mantiene su imagen internacional a pesar de la brutal campaña en su contra.

Solo 9 países apoyaron el boicot, casi todos ellos del entorno incondicional de EEUU. Imposible no contrastar el llamado a boicot contra las olimpiadas de Moscú 1980 cuando 67 naciones apoyaron a Washington y otros 16 enviaron a sus deportistas pero bajo la bandera del Comité Olímpico.

En estos Beijing 2022 decenas de mandatarios y altos funcionarios se hicieron presente. Sí, los tiempos han cambiado, es momento de fomentar armonía y desterrar rencores y complejos.