En el día de hoy hablaré brevemente de la nueva tropa que está incursionando y ha tomado la crónica deportiva con un talento enorme, que garantiza la permanencia con calidad de este sector.
Para nadie es un secretos que el país siempre contó con un grupo de cronistas deportivos que alcanzó el estrellato a mediados del siglo pasado.
Ustedes recordarán con aprecio a Félix Acosta Núñez, Lilín Díaz, Cuqui Córdova, Billy Berroa, Max Álvarez, Fidencio Garris, Tomás Troncoso, Max Reynoso, Jhonny y Ramón Naranjo, Rafael Cuello Batista, Álvaro Arvelo, Fernando González Tirado, José A. González, Jorge Bournigal y su hermano, así como Tomás (El Diablo Montás) que son miembros de una segunda generación, porque existió una primera, que se puede decir que fueron los que iniciaron la prensa deportiva y que hicieron aportes para las futuras generaciones.
Una tercera generación, donde se ubican Bienvenido Rojas, Luis Fernández, Rossevert Comarazamy, Héctor J. Cruz, Leo Corporán, Ramón Jerez, Hugo López, Rafael Calderón, Temístocles Metz, Gustavo Rodríguez, Micky Mena, Onfalia Morrillo, José Oscar Fernández y Heriberto Morrison, entre otros y casi a la par le sigue una cuarta con Mario Emilio Guerrero, Vicente Mejía, Rolando Guante, Osvaldo Rodríguez Suncar, Renaldo Bodden, Bienvo Carmona, este servidor, Carlos Nina Gómez, Félix García Estrella, Franklin Mirabal, José Cáceres, Enrique Rojas, Ildefonso Ureña, Américo Celado, Domingo Batista y Tony Carlos (si se me olvida algún nombre perdón, no fue la intención, es que lo estoy haciendo de memoria.
Ahora existe, lo que se puede definir como una “quinta generación”, un nuevo pelotón de cronistas talentosos, una camada que domina, sobre todo, la crónica radial y televisiva, las redes sociales y “el difícil”, que es el idioma inglés.
Ellos se merecen una columna entera, la que prometo lo más pronto que se pueda.