El baloncesto dominicano está en un buen momento, los fanáticos están entusiasmados con lo que está sucediendo y están regresando a la cancha, algo que debe ser atendido por las asociaciones y por el propio organismo rector, es decir, la Federación.
Santiago terminó su torneo muy bien, el Distrito Nacional concluyó con respaldo inusitado del público y otros eventos del mismo nivel, como el de La Romana, concluyeron con éxito.
Ahora llegó el torneo de la Liga Nacional-LNB- que debe convertirse en un evento de altura, como se están desarrollando todos.
También contribuye la semifinal y final de la NBA, por la presencia de estelares como LeBron James, Stephen Curry y el dominicano Al Horford.
Los torneos de Santiago y del Distrito Nacional terminaron por todo lo alto, técnicamente hablando, y la organización fue de primera. Y lo que todo el mundo habla, no hubo asomo de violencia, aunque los enemigos del baloncesto esperaban otra cosa.
En ese orden, debemos felicitar al presidente de la Abadina, José P. Monegro, quien junto a su grupo, realizó una labor titánica que logró como resultado el éxito.
En los dos años que lleva Monegro dirigiendo el baloncesto de la Capital ha logrado arreglar entuertos y podemos decir que los seguidores de esa disciplina han visto algo que parecía imposible: rescatar un evento que ha dado gloria al deporte nacional, pero que parecía perdido, por los tantos problemas en medio de los cuales se desarrollaba. Entiendo que el conocido comunicador logró lo imposible y si es cierto que se va, puede hacerlo en paz porque el trabajo está hecho. En cuanto a la Federación de Baloncesto, el presidente de ese organismo, Rafael Uribe estuvo vigilante, observando y dando respaldo a los organizadores. Fue una labor titánica en conjunto, que no podía arrojar otro resultado que no fuera el éxito. En cuanto a la LNB, debe tratar de darle continuidad a lo que ha pasado a esta mejoría. En Twitter: @Ramoncuello02