El caso del dominicano, Alex Rodríguez es para un guión de una de esas películas de béisbol que se han realizado en la historia del cine.

A-Rod que se proyectaba como de los mejores jugadores, tenía posibilidades reales de batir todos los records ofensivos de las Grande Ligas, mucho antes de utilizar sustancias prohibidas, tenía casi seguro un puesto en el Salón de la Fama. Pero se decidió a incursionar en la moda de los esteroides y ahí también se hizo el mejor y el más vagabundo.

Alex tomó otro rumbo, echó a un lado su carrera y se dedicó formar parte de Jet Set internacional y sobre todo hablar mentiras.

Los medios norteamericanos no pierden la oportunidad de entrarle de una u otra forma al “pobre” y aunque hable verdad, se le califica de mentiroso, es tal, que ofreció una disculpa escrita y Se le ha dicho que eso no lo escribió, que fue una mujer, ofrézcame.

Pero el dominicano que pese a lo que pueda decir de él, sigue siendo uno de los mejores del negocio y al parecer está arrepentido de echar su imagen a la basura, quiere recuperarse y los que administran el negocio del béisbol quieren desterrarlo de la pelota, incluso, su equipo, los Yankees, que por dinero, le han opuesto a Alex en una incómoda posición.

Pero el jugador tiene un solo propósito, terminar su carrera bien