No hay dudas de que los tres días en que no se jugó pelota profesional en el país, en momento en que el torneo estaba más interesante, abrió una «caja de pandora» que a la larga dejará su parte positiva.
Resulta que la Federación Nacional de Peloteros Profesionales toma esos días para montar su famoso “Juego de Estrellas”, que debería ser una actividad que el fanático respalde.
Sin embargo, montar ese juego en un ambiente festivo se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la Federación, que preside el amigo Mario Melvin Soto.
El fanático, el comercio local, es más, ni la propia LIDOM respaldan sólidamente este encuentro, ni los fines del mismo.
La Federación ha buscado todas las fórmulas para que el evento sea atractivo. Tengo entendido que hace apenas dos años rifaron par de carros , pero ni así, lo apoyaron y fue un fracaso.
Se han realizado partidos interligas y tampoco ha tenido el resultado esperado. En fin, el Juego de Estrellas solamente tuvo un relativo éxito cuando el empresario artístico Luis Medrano lo dirigió. Medrano dejó de montarlo, no sé las razones, porque todo el mundo pensaba que era rentable.
El “impasse” de ahora se originó por falta de comunicación, tal vez Soto no informó que el juego no iba y la LIDOM no se interesó, ni siquiera preguntó.
No es hora de culparse, ni arremeter contra personas que no tienen la decisión final. Es momento de evitar daños peores para el futuro. El Juegos de Estrellas tiene que darse bien. Pienso que debe ir a los pueblos que no tienen equipos de pelota y de seguro que sería un exitaso.