Lo confieso, la idea de construir en Santo Domingo un nuevo estadio para béisbol, a mí me tiene impaciente.
Tanto así, que cuando oigo o veo que en los Estados Unidos se levanta un estadio, me entusiasmo con la idea de que en mi país, tierra de peloteros, se construya un moderno parque para disfrute de la presente y futura generación.
Sin irnos muy para atrás, vi que los Bravos de Atlanta inauguraron un moderno estadio que es toda una belleza con los locales de entretenimientos, hoteles, restaurantes, villas, en fin, todo un complejo que permitirá a los fanáticos ir al lugar, aunque no sea en temporada de Grandes Ligas.
Escuché al colega Enrique Rojas decir que en este siglo se han levantado 22 nuevos plays, lo que tiene un significado especial, porque esos equipos están atendiendo los requerimientos de los fanáticos, que son los que mantienen el negocio.
Es un estadio que tiene todo para que el fanático, especialmente joven, encuentre de todo lo que necesite, como por ejemplo, área de comunicación con las redes sociales, juegos y buenos restaurantes, entre otros.
Yo, particularmente, que me gusta fumar puros, cuando el año pasado visité el estadio de los Rays de Tampa, dando una vuelta dentro del complejo deportivo me encontré con una amplia área de venta de puros y de fumadores.
Claro que no pido tanto para el país, aunque quisiera, pero ya es hora de que los dominicanos tengamos un modesto estadio, con un buen parqueo, que bien podría levantarse en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Un estadio que no tenga tantas cosas, pero un parque donde podamos ver juegos de Grande Ligas, aunque sea de entrenamientos.
Este tema suele calentarse y luego se apaga de golpe.
Ojalá y se pueda lograr el sueño de construir un nuevo estadio a la altura de nuestro béisbol.
Regresó con el tema.
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