Béisbol chiquito. Ramón Cuello

Béisbol chiquito. Ramón Cuello

La queja más grande que gira en torno al actual torneo de béisbol invernal, es la situación caótica del parqueo.
Aunque los precios de la comida, la boleta, la bulla y sobre todo la bebida, inciden en él alejamiento del fanático del estadio, la gente no se queja tanto como con el parqueo.
Y todos sabemos cómo se desenvuelve la mecánica, usted va a su parqueo, bastante caro por cierto, no hay vigilancia y a la hora de marcharse también tiene que pagarle a un grupo de vivos que exigen dinero.
El dueño del vehículo además corre el riesgo de que lo atraquen cuando su carro está un poco distante y tiene que caminar muchísimo, en un lugar de poca iluminación.
Ya se han producido varios atracos debido a estos inconvenientes, y se dice, que hasta han ocurrido muertes. Los equipos, y hablo de la capital, no se preocupan por resolver esta situación por qué al parecer no le dan importancia y el fanático recurre a sufrir esos avatares o dejan de ir en su vehículo. En vez de meterle manos a estos inconvenientes, lo que hacen es un espectáculo que nada tiene que ver con el béisbol, música, mujeres, animación, pero nada de parqueo.
Los fanáticos están claro que la bulla, que impide hablar, los precios de la comida y la bebidas y sobre todo el parqueo, acabarán con el béisbol, esperemos que no.

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