Desde el debut de Osvaldo Virgil el 23 de septiembre de 1956 con los Gigantes de Nueva York, los jugadores dominicanos han marcado un hito histórico en las Grandes Ligas, no solo en términos cuantitativos, sino en lo que respecta al talento, la calidad y una presencia destacada en las distintas épocas en que han visto acción en Las Mayores.
Un total de 800 jugadores dominicanos han debutado en Las Mayores. Posterior al debut de Virgil, tardaron dos años más hasta que otro criollo debutara en Las Mayores.
El “Panqué de Haina” Felipe Rojas Alou debutó el 8 de junio de 1958 con los Gigantes de San Francisco.
El primer lanzador dominicano en debutar en Las Mayores fue Rudy Hernández, el 3 de julio de 1960, con los Senadores de Washington, en la Liga Americana.
Juan Marichal debutó 16 días después de Hernández, el 19 de julio de 1960, lanzando blanqueada de un hit.
En los 50 solo debutaron, como hemos visto, dos jugadores: “El Orégano” Osvaldo Virgil y el “Panqué de Haina” Felipe Rojas Alou.
El papel de las academias en la presencia criolla en Las Mayores.
Para nadie es un secreto que el número de academias de las organizaciones de Grandes Ligas ha jugado un rol determinante en el incremento vertiginoso del número de criollos en las Grandes Ligas y no es fortuito el hecho de que nuestro país lleve la delantera en términos cuantitativos y cualitativos entre los países latinoamericanos.
Las 30 organizaciones de Grandes Ligas cuentan con academias en el país. En el municipio Santo Domingo Norte hay cuatro, al igual que en Guerra, en Boca Chica hay un total de quince, en tanto que en San Pedro de Macorís hay seis y, finalmente, en San Cristóbal están los Padres de San Diego, quizás la más moderna América Latina.