El politólogo y abogado Belarminio Ramírez Morillo dijo hoy que el proceso judicial sustentado en el fraude Odebrecht que involucra a figuras importantes de los partidos políticos, contribuirá a que estas organizaciones se desconecten aún más de la sociedad.

El académico expresó que el impacto emocional que están recibiendo los integrantes de las cúpulas de los partidos políticos al percibir cómo ha cambiado la vida de la noche a la mañana para dirigentes importantes de sus organizaciones, pudiera poner a un porcentaje importante de las altas directivas partidarias en una actitud de defensa y temor, hecho que colocaría a los partidos más de espalda a las expectativas, deseos y demandas de la población.

El estudioso de la Ciencia Política y el Liderazgo contextualizó que el proceso Odebrecht debe ser asumido como un desafío para renovar y activar a los partidos acercándolos a los sueños y esperanzas de las gentes, y los directivos partidarios que no puedan dar ese giro de transparencia de la política y de acción que implica salir del confort, deben echarse a un lado cuanto antes.

Belarminio Ramírez resaltó que los partidos para salir de esta encrucijada requieren de liderazgos de verdad, no de dirigentes que son mayorías en los órganos partidarios por el simple hecho de su historia en la organización, o de que fueron figuras influyentes en el ciclo pasado, pero que ahora carecen de legitimidad social, debido a que no tienen seguidores, pero tampoco influyen en una comunicación rica y dinámica que sirva de base a climas de confianza y credibilidad.

Exhortó a los partidos a que se reúnan para que analicen el impacto en el sistema que está teniendo y seguirá teniendo por largo tiempo el proceso judicial Odebrecht que pudiera mandar a la cárcel a dirigentes que hasta el momento tenían imagen de honorables y perfil hasta para postularse a la presidencia de la República.

El politólogo manifestó que el principal error que pudieran cometer los partidos políticos es extender el proceso de limbo e inacción en que se encuentran. El Congreso Nacional debe cuanto antes convertir en el Proyecto en Ley de partidos y hacer la reforma electoral. Los partidos deben iniciar procesos de reestructuración en todos sus órganos, sin acelerar las luchas y pugnas con matiz de tendencias, como se percibe en el ambiente que sucederá.

Ramírez entiende que el proceso Odebrecht es un detonante que pudiera contribuir a una división mayor en los partidos políticos, algo peligroso para una democracia que aunque mueve a muchas personas a ejercer el sufragio en las urnas, en los hechos es frágil en materia institucional, pobre en liderazgos creíbles y confiables, y ahora con un sistema de partidos muy enfermo.