Belén se prepara para la Navidad

Belén se prepara para la Navidad

Belén (Cisjordania) (EFE).- La población cristiana de Belén ultima los preparativos para la celebración de la Navidad, y no oculta su temor de que la toma, el martes, de la alcaldía de la ciudad por milicianos palestinos perjudique el flujo de peregrinos extranjeros.

Como todos los años por estas fechas, el optimismo y la expectación inundan las calles de Belén, ciudad donde nació Jesús y donde la Navidad adquiere un significado más especial que en el resto del mundo.

Aquí peregrinan estos días numerosos cristianos que vienen a estrechar su vínculo con Dios y a encender una vela junto a la estrella que marca el lugar del nacimiento de Jesús, en la Gruta de la Natividad.

«Quiera Dios que cada vela, cada símbolo sagrado, renueve en nosotros nuestra conciencia y espíritu de reconciliación y amor», dijo a EFE el alcalde de la ciudad, Victor Batarseh, cristiano y quien hoy deambulaba de una oficina en otra para ultimar los preparativos de estas fiestas.

Para los poco más de 40.000 habitantes de Belén, el 40 por ciento de ellos cristianos, Navidad no sólo significa fiesta y espiritualidad, sino también una de las épocas de mayores ingresos.

«Este año esperamos entre 30.000 y 50.000 peregrinos, muchos más que el año pasado», agregó el alcalde, quien sin embargo no oculta su preocupación de que ese número se reduzca debido al incidente armado ocurrido ayer.

Una veintena de milicianos entraron por la fuerza en la alcaldía y, tras expulsar a todos los funcionarios, se atrincheraron durante una hora y media para demandar a la ANP que los contrate en sus cuerpos de seguridad.

El asalto provocó la huida de los pocos peregrinos que visitaban la Plaza del Pesebre y la Basílica de la Natividad, justo enfrente.

«Lo que ocurrió fue un incidente aislado, no era una afrenta ni a las festividades ni a la población cristiana, y aunque lo condenamos porque fue un acto muy feo, (los milicianos) sólo trataban de pasar un mensaje a la ANP», explicó el alcalde.

«Yo espero -agregó- que no afecte al peregrinaje porque lo necesitamos y quiero que sepan que Belén es una ciudad segura».

Pero el asalto a la Alcaldía ha tenido consecuencias inmediatas para el turismo cristiano, y según fuentes de la Orden franciscana, custodia de los Santos Lugares en Tierra Santa, algunos grupos han cancelado ya su visita.

«Algo ha debido calar, porque ya tengo algunos grupos que me han cancelado», manifestó a EFE el padre Matías, coordinador de peregrinaje.

Fuera de la Basílica de la Natividad, funcionarios municipales ya habían engalanado el árbol de la Plaza del Pesebre con bolas navideñas y guirnaldas, en un intento de rescatar el espíritu cristiano de una ciudad que ha sufrido duramente los avatares de la Intifada de Al-Aqsa, que comenzó en septiembre de 2000.

El 70 por ciento de la población de Belén vive de un turismo que ha desaparecido prácticamente en los últimos cinco años, y que sólo a finales de 2004 se empezó a recuperar, gracias a una iniciativa conjunta de los Ministerios de Turismo de Israel y la ANP.

Este año, las autoridades militares israelíes han habilitado un nuevo paso fronterizo entre Jerusalén y Belén para agilizar el tránsito de turistas a través del muro que las separa, pero para la población local no es ningún consuelo, sino todo lo contrario.

«Nosotros no podemos salir, estamos como en una cárcel del lujo», afirma Raed Hadad, un cristiano de 30 años que es propietario de un restaurante junto a la Plaza del Pesebre.

En su mensaje navideño, también Batarseh ha aprovechado la oportunidad para pedir a los peregrinos que alcen su voz contra «un muro que pronto convertirá la ciudad de Cristo en una prisión».

El Ejército israelí aseguró el lunes que facilitará los accesos y salidas de turistas, peregrinos y palestinos cristianos a la ciudad, y que tomará «riesgos calculados para permitir el ejercicio de la libertad religiosa» durante el período navideño.

Pero pocos eran los turistas que hoy cruzaban el paso, y en la ciudad, las cafeterías y restaurantes permanecían tan desiertos como en los peores momentos de la Intifada.

Para alentar el espíritu de fiesta, la Iglesia Católica ha levantado un «Mercado de Navidad», en el que vendedores locales ofrecen al turista desde los típicos recuerdos navideños hasta dulces y juguetes.

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