Bruselas, (EFE).- Bélgica propondrá un plan de acción para mejorar la identificación y el rastreo de las prótesis mamarias de la marca francesa PIP (Poly Implants Prothéses), bajo sospecha tras descubrirse que incluyen silicona industrial.

La ministra belga de Sanidad, Laurette Onkelinx, ha señalado hoy que va a proponer una serie de medidas para facilitar el seguimiento de los implantes PIP que, según los datos facilitados a la agencia de noticias Belga, llevan al menos 674 mujeres en Bélgica.

Según la ministra, se han notificado cuatro incidentes relacionados con este tipo de prótesis a la agencia nacional encargada de controlar los productos relacionados con la salud, en tanto que sólo se ha registrado una demanda de retirada preventiva de los implantes.

El plan de acción para controlar mejor estas prótesis será consensuado por el Ministerio belga de Sanidad con las partes implicadas, como el Instituto Nacional de Seguros por Enfermedad o Invalidez, el Centro Federal de Expertos sobre Cuidados Sanitarios o la Sociedad Real de Cirugía Plástica.

Por otra parte, la ministra también está a favor de obligar a registrar los implantes, además de que lleven un certificado (lo que ya es obligatorio).

Así, reclamará controles regulares de las prótesis -sean reembolsados después o no por las aseguradoras-, y que éstos sean realizados con financiación del sector privado.

Las alertas sanitarias acerca de estos implantes surgió después de que las autoridades francesas detectaran que estaban fabricadas con un gel de silicona diferente del declarado y evaluado para la obtención del certificado necesario para comercializar las prótesis en la Unión Europea, lo que ponía en duda sus garantías.

Francia declaró a finales de diciembre que 20 mujeres portadoras de prótesis PIP habían padecido cáncer; aunque no estableció un vínculo directo entre los implantes y la enfermedad, sí que alertó de los riesgos que plantea para la salud su elevado índice de ruptura.

Se calcula que entre 400.000 y 500.000 mujeres llevan esos implantes en todo el mundo. EFE