otografía facilitada por Train World, del propio museo que 180 años después de inaugurar en 1835 la primera línea de ferrocarril de la Europa continental, rescata la memoria de los "caminos de hierro" belgas. EFE
Bélgica inauguró en 1835 la primera línea de ferrocarril de la Europa continental y 180 años después, abre sus puertas en Bruselas al Train World, museo que rescata la memoria de los «caminos de hierro» belgas.
«En el siglo XIX, Bélgica fue uno de los máximos exportadores de tecnología ferroviaria del mundo. Los ingenieros belgas revolucionaron varias veces este medio y, con ello, las vidas de los europeos», afirmó el diseñador y dibujante de cómic François Schuiten, responsable de la escenografía del museo.