Bellaquerías

Bellaquerías

Un amigo diría que lo bueno de la situación política nacional es lo malo que se está poniendo el pleito entre los peledeístas que promueven la reelección del presidente Danilo Medina y los que, atrincherados en el Congreso Nacional, se oponen a una modificación constitucional que sacaría de la carrera por la candidatura del 2016 al expresidente Leonel Fernández. La querella contra cinco funcionarios a los que se acusa de tratar de sobornar a los legisladores del PLD que se oponen a la reforma de la Constitución para restablecer la reelección ha venido a echarle más leña a un fuego que por momentos parece salirse de control, exacerbando aun más las tensiones entre unos y otros. Porque nadie cree, ni dentro ni fuera del partido de gobierno, que esa querella, como los aguaceros de mayo, cayó del cielo porque tenía que caer, pues en política no hay casualidades ni coincidencias, mucho menos si se producen en medio de la encarnizada lucha que se libra al interior del peledeísmo. Por supuesto, nadie puede probar que detrás de esa acción judicial está, en su condición de titiritero, el expresidente Fernández, pero dicen los criminalistas que el primer sospechoso de un crimen es su beneficiario directo. ¿Pero realmente beneficia a Leonel esa bellaquería, al igual que la otra bellaquería –desmentida por la Embajada– de propalar que el embajador James Brewster anda diciendo por ahí que su gobierno se opone a la reelección del presidente Medina? Si el propósito de esas acciones, al igual que la “rebelión” de los legisladores que se niegan a obedecer el mandato del Comité Político, es abortar el proyecto reeleccionista como una reacción al hecho de que ya no es el principal líder del PLD, la respuesta es negativa. Porque lo cierto es que solo han servido para poner en evidencia ante los peledeístas, pero también ante el resto del país, la naturaleza enfermiza de su relación con el poder y, más que nada, su desprecio hacia sus compañeros de partido.

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