Por Laura Caminero
Me llamó mucho la atención un artículo que vi en la “Agenda para poder vivir 2007”,  de José Rafael Sosa, acerca de los daños de sostener el teléfono en el hombro y con la cabeza.

Es bien conocido de los daños al cuello y la cabeza que produce esa mala postura que a veces utilizamos para conversar vía telefónica cuando hacemos otra tarea a la vez. Sin embargo, para mi sorpresa, no solo el cuello y la cabeza pueden sufrir sino otras partes de nuestro organismo.

“Ha sido comprobado que no solo es peligroso sino que puede ser fatal conversar con el teléfono apoyándolo en el hombro y sosteniéndolo con la cabeza. Un caso relatado por una publicación científica a que hace referencia dicho artículo, se refiere a un psiquiatra francés que pasó una hora con el teléfono entre la cabeza y el hombro izquierdo. Cuando terminó sufrió ceguera temporal, dificultad para hablar y posteriormente un derrame cerebral.”

El motivo aparente es que un hueso minúsculo, pero puntiagudo, situado debajo de la oreja izquierda y detrás de la mandíbula, rompió los vasos que llevan la sangre a la cabeza. Ese rompimiento lo produce la cabeza cuando involuntariamente la acercamos más al teléfono y por ende vamos levantando más el hombro. Lo recomendable, según expertos de la buena salud en la oficina,  es sostener el teléfono con las manos y en su defecto si debemos anotar o hacer otra cosa a la vez que hablamos, usar el “head set” o manos libres.

Las secretarias pueden desarrollar lesiones de hombro, brazo y cuello al sostener los auriculares de teléfono entre sus cabezas y hombros, al copiar un documento que se pone plano en una mesa y al tratar de alcanzar un recipiente de almacenamiento de materiales que está elevado.

Finalmente, esta mala postura pone stress en los músculos y puede resultar en dolores de cabeza por tensión.