REVISTA PREVENIR. El agua constituye parte esencial de las membranas celulares, ayuda a mantener la forma de la célula y de las estructuras del cuerpo. Transporta los nutrientes y los desechos de las células y otras sustancias, como hormonas, enzimas y células sanguíneas, por lo que facilita el funcionamiento químico y el equilibrio.

También regula la temperatura corporal, absorbiendo el calor ante cualquier pequeño cambio y liberándolo a travésde la transpiración.

El agua es un disolvente fundamental, que, al mezclarse con ciertas sustancias, reacciona formando nuevos compuestos esenciales para la eliminación de toxinas a través de la orina.

Además forma parte de los fluidos lubricantes de articulaciones, tracto digestivo y genitourinario, así como saliva y otras secreciones; también  mantiene el equilibrio y la elasticidad de la piel, lo que da un aspecto más saludable. Por todo esto, es sumamente importante.

Consejos. Bebe cada poco tiempo, con frecuencia (agua, infusiones, zumos, lácteos…). En condiciones normales, se aconsejan dos litros diarios; si te expones a altas temperaturas, suma un litro más.

 Evita las bebidas alcohólicas y las azucaradas: no quitan la sed, sino todo lo contrario.

Bebe antes de tener sed. Antes de sentir la necesidad de tomar agua.  Esta es la alarma que manda el organismo, por lo que cuando “se pone en marcha” quiere decir que ya hay pérdida de líquido. Mejor es prevenir.

Donde vayas, lleva siempre una botella de agua.

Consejos que para reducir las ojeras

Duerme bien, pues la causa principal es la falta de horas de sueño. Además moja  algodones de manzanilla fría y coloca en los ojos por 10 minutos, ayudará a disminuir la  inflamación.  Un secreto de belleza es disminuir el consumo de sal para no retener tantos líquidos. También ayudará a disminuir las bolsas en los ojos.

Para el acné: mascarilla de orégano

Pon a hervir media taza de agua, apaga. Agrega una ramita de orégano, tápalo y déjalo reposar por 5 minutos. Cuélalo. Luego toma dos tallos de sábila, quítales la piel y machácalos haciendo una especie de crema. Mezcla con la infusión de orégano y aplícalo en la cara con un algodón, por lo menos dos veces al día.