La mosca blanca como plaga y vector está ampliamente distribuida en las regiones tropicales, afectando sobre 600 especies de plantas cultivadas y silvestres. El insecto provoca debilitamiento de la planta, extrae sus nutrientes y excreta sustancias azucaradas que favorecen el crecimiento de hongos y virus sobre la planta, como el mosaico dorado y amarillo, que causan hasta 100% de perdidas en el rendimiento del cultivo de frijoles.
La estrategia más eficaz para controlar el virus es utilizando variedades resistentes, pero los programas de investigación marchan con la lentitud de un desfile de babosas. Entonces, los agricultores se ven compelidos a aplicar insecticidas para combatir la mosca blanca. El Ministerio de Agricultura hace añales, implementa en el suroeste la veda de cultivos hospederos de la Bemicia.
Los frijoles aportan 35% de proteína, siendo de los pocos vegetales ricos en proteína asequible a los descamisados. Se justifica proteger este cultivo.