CIUDAD DEL VATICANO, EFE .- El papa Benedicto XVI abogó ayer por el diálogo entre cristianos y musulmanes «para evitar que se desarrolle cualquier forma de intolerancia y para prevenir toda violencia».

   En el discurso que pronunció al recibir a los prelados de la Conferencia Episcopal de Benin, el Pontífice expresó su «satisfacción por la atmósfera de comprensión recíproca que caracteriza a las relaciones entre cristianos y musulmanes».

   «Hay que perseguir un diálogo sincero, fundado en un conocimiento recíproco cada vez más auténtico, en concreto mediante relaciones humanas respetuosas, un acuerdo sobre los valores de la vida y una cooperación recíproca en todo lo que promueve el bienestar común», añadió.

   Según el Papa, este diálogo «exige también la preparación de personas competentes para ayudar a conocer y a comprender los valores religiosos que tenemos en común», respetando las diferencias.

   Sobre algunos temas presentados por los obispos de Benin, como la influencia de las tradiciones en la vida social, Benedicto XVI subrayó que «es necesario estimular sus mejores aspectos y rechazar las manifestaciones que causan perjuicio, alimentan el miedo y excluyen al prójimo».

   Destacó que en Benin es «necesario que la presencia de la Iglesia se manifieste por medio de signos visibles», como «celebraciones litúrgicas fervientes y animadas».

   Para evitar que se introduzcan en la liturgia elementos culturales incompatibles con la fe cristiana o acciones que puedan generar confusión, aconsejó una sólida preparación de los seminaristas y sacerdotes.