Aunque Benedicto XVI no bebe habitualmente alcohol, como a todo buen bávaro le encanta brindar con la cerveza de su tierra.
Y más si se trata de festejar su 90 cumpleaños como ha sucedido este lunes a media tarde frente a la puerta de su residencia en los Jardines Vaticanos.
El Papa emérito tenía buen aspecto y ha posado de pie para distintas fotografías que algunos de los visitantes han compartido enseguida en las redes sociales en Alemania.
Todo ha sido muy familiar y discreto, en un día de gran calma pues el lunes de Pascua es festivo en el Vaticano.
El primer ministro de Baviera, Horst Seehofer y un grupo de amigos bávaros, algunos de ellos vistiendo el atuendo tradicional, acudieron para celebrar juntos un cumpleaños redondo que en realidad había sido el día anterior, pero cuyo festejo se retrasó, a petición del homenajeado, para no interferir con el Domingo de Pascua.
Protegido por una sombrilla
Tal como le gusta a Benedicto XVI, todo ha sido muy sencillo. Un brindis con cerveza en grandes jarras, un aplauso y, sobre todo, un rato de tertulia sentados en un círculo de sillas frente a la puerta de la residencia «Mater Ecclesiae».
Una gran sombrilla blanca protegía al Papa emérito, que es de tez muy blanca y sensible a la luz. Era una sencilla fiesta de familia en un jardín.