ROMA,  (EFE).- El papa Benedicto XVI dijo ayer que es “urgente” promover un “progresivo y acordado desarme nuclear”, así como favorecer el “uso pacífico y seguro” de esa la tecnología para un “auténtico desarrollo” respetuoso con el medioambiente y las poblaciones desfavorecidas.

Benedicto XVI pronunció estas palabras desde su residencia de Castel Gandolfo, en su primer Ángelus después de sus vacaciones en la localidad italia de Lorenzago de Cadore (norte). El Papa recordó que ayer era el 50 aniversario de la entrada en vigor del estatuto de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, creada con el mandato de “instar y aumentar la contribución de la energía atómica a la causa de la paz, la salud y la prosperidad en todo el mundo».

Los cambios producidos en los últimos 50 años, “evidencian como, en la difícil encrucijada en que se encuentra la humanidad, es cada vez más actual y urgente el compromiso para favorecer la no proliferación de armas nucleares”, y para “promover un progresivo y acordado desarme nuclear».

Además, hay que favorecer el “uso pacífico y seguro” de la tecnología nuclear para un “auténtico desarrollo, respetuoso con el ambiente y siempre atento las poblaciones más desfavorecidas».

Así, Benedicto XVI deseó que vayan a buen fin “los esfuerzos de aquellos que trabajan para perseguir con determinación estos tres objetivos, en el intento de hacer que los recursos que de esa manera se ahorren puedan emplearse en proyectos de desarrollo en favor de todos los habitantes y, en primer lugar de los más pobres». El Papa reiteró que la carrera de armamento se debe sustituir con un “esfuerzo común para movilizar los recursos hacia objetivos de desarrollo moral, cultural y económico, redefiniendo las prioridades y la escala de valores».

Benedicto XVI pidió que los conocimientos científicos y técnicos “se apliquen siempre con sentido de responsabilidad y para el bien común, en el total respeto del Derecho Internacional». Además, invitó a rezar para que “los hombres vivan en paz y se sientan todos hermanos, hijos de un único padre- Dios».

 Asimismo, el papa Benedicto XVI resaltó que los esfuerzos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para lograr un «desarme nuclear progresivo y negociado» con motivo del 50 aniversario de ese organismo, del que el Vaticano es miembro desde su creación.

 «La Santa Sede aprueba plenamente los fines de ese organismo, del que es miembro y al que sigue apoyando en su actividad», declaró el Pontífice durante el rezo del Angelus en su residencia estival de Castel Gandolfo, a unos 20 km de Roma.

 Benedicto XVI consideró «más actual y más urgente que nunca animar la no proliferación de armas nucleares, promover un desarme nuclear progresivo y negociado y favorecer el uso pacífico y seguro de la tecnología nuclear para un auténtico desarrollo respetuoso del medioambiente y cada vez más atento a las poblaciones desfavorecidas».

 La AIEA festejaba ayer sus 50 años de existencia y reúne a 139 países. Su misión es verificar el respeto del Tratado de No Proliferación (TNP) de 1970 y sus inspectores efectúan misiones de verificación en más de 70 países.  Además de las cinco potencias nucleares declaradas –Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China– otros cuatro países disponen también de la bomba atómica. Se trata de Israel, India, Pakistán (estos dos últimos no son miembros del TNP) y Corea del Norte.

 Asimismo, unos 30 países poseen 437 reactores que suministran el 15,2% de la electricidad mundial.  La energía nuclear también se emplea en el sector de la medicina (radioterapias contra el cáncer), la agricultura (para mejorar semillas) y la industria.