Benedicto XVI insta a liberarse de la «vestimenta de la muerte»

Benedicto XVI insta a liberarse de la «vestimenta de la muerte»

CIUDAD DEL VATICANO. AFP. El papa Benedicto XVI, jefe de una Iglesia católica profundamente sacudida por los escándalos de pedofilia, encabezó la noche de ayer en la basílica de San Pedro la tradicional vigilia pascual, que conmemora el paso de la muerte a la resurrección de Cristo.

El Papa invitó a los fieles a liberarse de la «vestimenta de la muerte» que son los pecados y evocó una lista hecha por el apóstol Pablo: «desenfreno, impureza, lascivia, idolatría, hechicería, odios, querellas, celos, ira, envidia, división, intolerancia, sectarismo, rivalidad, embriaguez, gula y otras cosas del mismo tipo».

Anotando que «los hombres están en búsqueda» del «remedio de la inmortalidad», afirmó que «la hierba medicinal contra la muerte existe» y es, dijo, «Cristo (…) árbol de la vida».

«¿Qué ocurriría realmente si se lograra, tal vez no excluir del todo la muerte, pero sí alejarla indefinidamente, llegar a una edad de varios cientos de años?», se preguntó, respondiéndose: «La humanidad envejecería en una proporción extraordinaria, ya no habría más espacio para la juventud. La capacidad de innovación se extinguiría y una vida interminable sería, no un paraíso, sino más bien una condenación».

«La verdadera hierba medicinal contra la muerte debería ser diferente. Debería transformar nuestra vida del interior», afirmó.

La vigilia pascual es tradicionalmente el marco de bautizos de adultos y, en esta ocasión, el Papa concedió este sacramento a un hombre y cuatro mujeres, además de un niño. Los nuevos bautizados procedían de Somalia, Albania, Sudán, Rusia y Japón.

El Papa debe celebrar la mañana del domingo, en la Plaza de San Pedro, la Misa de Pascua, la fiesta más importante del cristianismo, que conmemora la resurrección de Cristo después de su ejecución en la cruz, y dará a las 10H00 GMT su bendición «urbi et orbi» (a la ciudad y el mundo), que es transmitida por canales de televisión de numerosos países.

La noche del viernes, el Papa, que cumplirá 83 años el 16 de abril, presidió el tradicional Via Crucis (el camino de la cruz) en el Coliseo en Roma, desde la terraza del monte Palatino.

Actualmente, diversos escándalos de pedofilia implican al clero católico en Europa y Estados Unidos.

Panorama difícil

Ciudad del Vaticano. EFE. Las relaciones entre la Iglesia y el mundo judío vuelven a vivir momentos de tensión, después de que se compararan los ataques al Papa por los casos de pederastia con el antisemitismo, lo que ha puesto en pie de guerra a los judíos y obligado al Vaticano a asegurar que esa no es su línea.

El Viernes Santo, durante la Pasión del Señor, el predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, dijo en presencia del Papa que le había escrito un amigo judío, al que no identificó, mostrándole su “disgusto” por las críticas de la prensa internacional a Benedicto XVI, al que acusan de haber ocultado casos de curas pederastas.

“Sigo con disgusto el ataque violento y concéntrico contra la Iglesia y el Papa. El estereotipo de echar las culpas personales a la colectividad me recuerda los aspectos más vergonzosos del antisemitismo”, le dijo el amigo judío a Cantalamessa.

La reacción del mundo judío no se ha hecho esperar y algunos como el rabino Marvin Hier, del centro Simon Wiesenthal, ha pedido que el Papa pida “perdón” por esa “analogía vergonzosa” y ha considerado las palabras “injuriosas».

El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, calificó la comparación del Predicador del Papa como “repugnante, obscena y sobre todo ofensiva tanto para las víctimas de los abusos” como del holocausto. Di Segni denunció  que con esas palabras el Vaticano está transformando a los perseguidores en víctimas.

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