Benedicto XVI llama a desenmascarar al narcotráfico

Benedicto XVI llama a desenmascarar al narcotráfico

LEON, México. AFP. Benedicto XVI denunció el viernes «las falsas promesas y mentiras del narcotráfico en México», a bordo del avión que lo trae a este país desangrado por las guerras de la droga, en su primera visita a una nación latinoamericana de lengua española.  

También instó al régimen comunista de Cuba, el otro país que visitará en su gira, a dejar de lado al marxismo, que «no responde ya a la realidad» y a buscar «nuevos modelos», durante una conferencia de prensa en el avión.  

«El problema del narcotráfico y de la violencia es una gran responsabilidad para la Iglesia de este país con 80% de católicos», dijo el papa en alusión al principal problema que aqueja a México, donde la represión militar y el enfrentamiento entre los cárteles arrojaron más de 50.000 muertos en 5 años.  

El pontífice llamó a «desenmascarar las falsas promesas y las mentiras» de los traficantes de drogas, algunos de los cuales se dicen católicos.  

Organizaciones de víctimas de la violencia, que se oponen a la estrategia antidrogas del presidente Felipe Calderón que movilizó al ejército contra los traficantes, pidieron al Papa un «gesto evangélico» para detener la matanza.   Este viernes, poco antes de la llegada del papa, siete personas fueron fusiladas a quemarropa por un comando armado en el estado de Sinaloa (noroeste) y en el balneario de Acapulco (oeste) fueron halladas cuatro cabezas humanas.   Refiriéndose a Cuba, Benedicto XVI aseguró que la ideología marxista «no responde ya a la realidad» y que «conviene hallar nuevos modelos».   El canciller cubano, Bruno Rodríguez, reaccionó diciendo que el gobierno comunista de la isla escuchará «con respeto» al papa y añadió que el pueblo cubano «tiene convicciones hondas».   Benedicto XVI destacó la voluntad de los católicos «de ayudar a un diálogo constructivo para evitar los traumatismos», en momentos en que el presidente Raúl Castro pone en práctica una serie de reformas económicas, apoyadas en forma crítica por la iglesia Católica cubana, convertida en su interlocutor privilegiado.  

El papa alemán, que cumple 85 años en abril y que no irá a la capital mexicana debido a su altura (2.300 metros sobre el nivel del mar), partió en la mañana del viernes de Roma para su segunda visita a América Latina. Su primera visita fue a Brasil en 2007.  

Centenares de personas comenzaron a congregarse en el aeropuerto de Guanajuato (centro) para recibirlo en una ceremonia en que participará el presidente Felipe Calderón y 3.500 invitados.  

Otros miles tomaban lugar para verlo pasar en su papamóvil a lo largo del recorrido de 30 kilómetros que seguirá hasta León, la capital del estado de Guanajuato, donde se alojará.   En esta ciudad, a unos 400 km al noroeste de la capital mexicana, gigantescos anuncios dando la bienvenida al Papa colman las principales avenidas.   «No se siente lo mismo que lo que sentimos durante las visitas de Juan Pablo Segundo. No transmite la misma alegría y la misma emoción. Éste es como más tímido y el otro como que se daba más al pueblo, pero de todos modos estamos contentas», declaró a la AFP Luz María Pérez, 42 años, frente a la catedral de León.   La escultora Rosario Rozas, autora de una estatua de cobre del papa polaco de tamaño real colocada en el atrio de la catedral, afirma: «Benedicto XVI es cabeza, mientras que Juan Pablo II era corazón».   La visita de Benedicto XVI a estos dos países donde el catolicismo vive realidades contrastadas, debe también ayudarle a recomponer sus relaciones con América Latina, donde vive el 28% de los católicos del mundo y que se ha sentido marginada durante sus siete años de pontificado.

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