Benedicto XVI presidirá una jornada de la juventud de marcado acento español

Benedicto XVI presidirá una jornada de la juventud de marcado acento español

Vaticano, (EFE).- Benedicto XVI entrará en el centro de Madrid a través de la monumental Puerta de Alcalá para presidir una Jornada Mundial de la Juventud de marcado acento español, en la que uno de los momentos culminantes será el Vía Crucis en el que cada estación estará representada por un «paso» de la Semana Santa.

El papa Ratzinger llegará al aeropuerto de Madrid a mediodía del 18 de agosto, donde será recibido por los Reyes de España y medio centenar de niños vestidos con los trajes de la Guardia Suiza, que le darán la bienvenida. Tras esa ceremonia se trasladará hasta la Nunciatura y a última hora de la tarde, mas atenuado el calor que se espera para esos días, se desplazará hasta la plaza de la Independencia, donde se encuentra la Puerta de Alcalá. Benedicto XVI cruzará a pie la monumental e histórica puerta con 50 jóvenes de los cinco continentes, diez por cada uno, según precisó a Efe Javier Cremades, director de actividades centrales de la JMJ.

El papa plantará un olivo y a continuación presenciará una exhibición de doma de alta escuela española en la que participarán seis caballos andaluces de la cuadra de Alvaro Domecq, montados por tres jinetes y tres mujeres a la grupa vestidas de flamencas. Después se dirigirá a la cercana plaza de Cibeles, en el corazón de Madrid, donde los jóvenes le darán la bienvenida y pronunciará el segundo de las doce discursos previstos durante su visita de cuatro días.

 Música tradicional española y diferentes cantos amenizarán la ceremonia, mientras los aviones de la «Patrulla Águila», del Ejército del Aire, surcarán el cielo dejando a su paso por Cibeles una estela con los colores de la bandera de España y del Vaticano.

El viernes, 19, tras visitar al rey Juan Carlos y a la reina Sofía en el palacio de La Zarzuela, el papa se trasladará al monasterio de El Escorial, a 50 kilómetros de Madrid, donde se reunirá con 1.600 jóvenes religiosas en el patio de los Reyes. Posteriormente, en la basílica del monasterio mandado edificar por Felipe II se reunirá con un millar de jóvenes profesores universitarios. A su regreso a Madrid, almorzará con un grupo de jóvenes y se reunirá con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la Nunciatura.

Tras la puesta del sol, Benedicto XVI presidirá en el centro de Madrid el tradicional Vía Crucis, uno de los momentos más importantes de la Jornada Mundial de la Juventud, cuyas meditaciones han sido escritas por las Hermanas de la Cruz, de Sevilla. Quince «pasos», obras de arte de la imaginería española de los últimos cuatro siglos que salen en procesión en semana santa en Andalucía, Castilla, Madrid, Murcia y Valencia, presidirán las catorce estaciones del Vía Crucis y el estrado desde el que lo seguirá Benedicto XVI, entre las plazas de Colón y Cibeles.

 Entre las imágenes de incalculable valor se encuentra «La Última Cena», obra de Francisco Salzillo de 1763; «Cristo de Medinaceli» del siglo XVI; «La Quinta Angustia», de Gregorio Fernández, de 1625; «Cristo Yacente», también de Fernández, del siglo XVII, y la Virgen de Regla, de Sevilla, de Luisa Roldán, del siglo XVII. La Cruz de los Jóvenes también estará en la procesión del Vía Crucis, llevada en cada estación por diez jóvenes de otros tantos países donde la Iglesia sufre. Serán jóvenes de España, Tierra Santa, Sudán, Egipto, la India, Irak, Brasil, Italia, Albania, Ruanda, Burundi, Francia, Jordania, Haití y Japón.

 Con la presencia de los jóvenes españoles se quiere recordar el terremoto que azotó a la ciudad sureña de Lorca, que causó nueve muertos. Por su parte, los japoneses recordarán el fuerte terremoto y el posterior tsunami de marzo pasado, que se cobraron miles de vidas.

Concluida la ceremonia, el Papa pronunciará una oración teniendo a su lado bajo palio a la Virgen de Regla, de la hermandad sevillana de los Panaderos. Al final del Vía Crucis, todos los pasos, acompañados cada uno de dos bandas de música, se dirigirán hacia la céntrica Puerta del Sol, en una sugestiva procesión que se prolongará hasta las cuatro de la madrugada.

El sábado, día 20, como un sacerdote más, el papa confesará en los jardines del Buen Retiro, en el centro de Madrid, a algunos jóvenes participantes en la JMJ española. En el Retiro se han instalado 200 confesionarios, que tienen el diseño de las velas de un barco y en los que los jóvenes podrán recibir el sacramento de la reconciliación en más de 30 idiomas.

A primeras horas de la noche Benedicto XVI se trasladará al aeródromo de Cuatro Vientos, en el suroeste de Madrid, para presidir la tradicional vigilia con los jóvenes.

El recinto ocupa 120 hectáreas, el equivalente a 48 campos de fútbol, y en él se han instalado 20 pantallas gigantes de televisión, 2.000 grifos de agua, 4.400 baños químicos, 17 capillas, 20.000 vallas y 63 puntos de luz. El escenario mide 190 metros de largo y 20 metros de altura y tiene capacidad para 2.000 personas.

En el mismo tomarán asiento medio centenar de cardenales y un millar de obispos. Un árbol de 40 metros, que simboliza a Cristo, presidirá el escenario, del que se elevará, a través de un ingenio mecánico, la Custodia de Juan de Arfe, una de las más importantes obras de la orfebrería española, que se guarda en la catedral de Toledo, en el momento en que se orará al Santísimo. Se estima que un millón de jóvenes dormirán allí a la espera de la misa del día 21, cuando el papa clausurará la JMJ y anunciará, previsiblemente, que Río de Janeiro organizará en 2013 la próxima.

Un total de 14.000 sacerdotes concelebrarán con el papa, así como 900 obispos y 60 cardenales. Benedicto XVI usará un cáliz español del siglo XVII, el vino de la misa será de Jerez, un conocido grupo textil español ha costeado las más de 15.000 casullas, y religiosas contemplativas de toda España han confeccionado cinco millones de formas para la misa. EFE

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