CIUDAD DEL VATICANO. AFP. El papa Benedicto XVI recibió ayer en el Vaticano al controvertido obispo emérito de Augusta (Alemania), Walter Mixa, quien renunció en mayo a su cargo tras ser acusado de maltratar niños y lo invitó a mantener «el silencio». Durante la reunión, el Papa le confirmó de nuevo que aceptaba su renuncia como líder de la diócesis de Augusta y lo invitó a «retirarse en el silencio para dedicarse al recogimiento y la oración», indicó en un comunicado la Santa Sede.
Mixa, de 69 años, presentó su renuncia hace dos meses tras haber sido acusado de haber maltratado y abofeteado a numerosos niños entre 1975 y 1996.
El prelado rechazó las acusaciones y aseguró a la prensa de su país que se trataba de un complot interno para obligarlo a renunciar, por lo que esperaba ser reintegrado.
La reacción del religioso generó polémicas y dividió a la Iglesia católica alemana, que enfrenta desde principios de año una serie de revelaciones y acusaciones de abusos sexuales contra niños cometidos por obispos. «Tras un periodo de curación y reconciliación, podrá cumplir deberes pastorales, indica Vaticano.