Ginebra.– El beneficio neto de Nestlé se redujo en en torno al 9 por ciento en la primera mitad del año, periodo en el que alcanzó los 4.100 millones de francos suizos (unos 3.777 millones de euros) debido a un ajuste impositivo.
La compañía helvética registró en cambio una subida del 3,5 por ciento en el valor de sus ventas, hasta los 43.200 millones de francos (39.800 millones de euros). Ambos datos causaron cierta decepción en los operadores de mercados, ya que la evolución de la cifra de negocios es la más débil desde 2009 y a que se esperaba un resultado neto superior.
Nestlé aclaró que el retroceso del beneficio neto se debe a un ajuste de impuestos diferidos no monetarios y no recurrentes.
En esta línea, el resultado operacional se ubicó en 6.600 millones de francos (6.080 millones de euros), 200 millones más que en el primer semestre de 2015.
Una de las razones enunciadas por el consejero delegado de Nestlé, Paul Bulcke, para explicar el desempeño tiene que ver con los desafíos que la empresa enfrenta en China, así como la debilidad general de los precios.
Además, los tipos de cambio tuvieron un impacto negativo equivalente al 2 por ciento. “Mientras enfrentamos retos en China, los resultados han sido buenos en Estados Unidos, el sudeste asiático y Latinoamérica, y esperamos que esto continúe en el segundo semestre”, señaló en un comunicado.
Sobre la dinámica que observó entre enero y junio en el mercado latinoamericano, Nestlé sostuvo que hubo un crecimiento real y los precios fueron positivos.
En Brasil, sus negocios evolucionaron por encima de un mercado en recesión, mientras que en México hubo un crecimiento sólido.
Con respecto al resto del año, Nestlé confirmó sus previsiones, según las cuales su crecimiento orgánico será similar al del año pasado y habrá una mejora del rendimiento.