Benito Juárez y El Santo contra los colmadones

Benito Juárez y El Santo contra los colmadones

Sería interesante averiguar de dónde han sacado los dominicanos que “Uno puede hacer en su casa lo que le de la gana”. Curiosamente, esa es una idea muy difundida, las experiencias y testimonios son abrumadores. Alguien la agarró y jamás nadie se lo ha discutido. La versión machista dice más o menos: Usted le puede pegar a su mujer y a sus hijos. Los vecinos no se meten y aceptan esa máxima de “convivencia”. Eleno, el electricista del barrio, me explicó que eso lo había dicho Benito Juárez, que cada quien tiene derecho a mandar en su casa, y que “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Igualmente usted puede apertrechar su carro de bocinas, twitters, subwoofers. Recientemente una “asociación” de negociantes de equipos “supersónicos”, ha ido al Congreso a exigir, para que los 200 mil padres de familia dominicanos que trabajan en ese negocio, puedan seguir viviendo decentemente, que se declaren “Zonas de Tolerancia”, en lugares apartados, es decir, playas, avenidas, áreas especiales; para que los que compran esos equipos vayan a desinhibirse, a todo volumen, en esas zonas de “esparcimiento”. Da temor que algún legislador los tome en serio, ya que lo que los promotores de esa iniciativa no han calculado que a los ruidosos les gusta, precisamente, meterle bulla a los ciudadanos tranquilos que no pueden retornarle la ofensa. En La Divina Comedia, el Infierno consiste, precisamente, en poner juntos a todos los incorregibles, cada uno con su bachata favorita, obligando al otro a escucharla a la fuerza, para que se maldigan e injurien mutuamente.
Contrariamente, el Congreso deberá declarar “Tarea Urgente” del Ministerio de Educación y de todos Medios de Comunicación: Informar e instruir a toda la ciudadanía respecto de que: En su casa, su empresa, su colmado, su carro, o incluso su iglesia, USTED NO PUEDE:
-Moler a golpes a su mujer, hijos, hijastros o empleados.
-Vender drogas ni sustancias prohibidas.
-Criar cerdos, ni animales que contaminen el medioambiente.
-Tener armas ilegales, ni exhibirlas ni dispararlas hacia el cielo, o para amenazar a sus vecinos.
-Tumbar árboles o quemar basura.
-Meter ruido, ni usar altavoces ni aparatos que molesten al vecino, A NINGUNA HORA, en CAMPO O CIUDAD.
Por si hiciera falta, más que buscar los sabuesos del alcalde Giuliani de Nueva York, quizás conviene buscar asesores y ayudadores en nuestra lengua, y acaso mejor aún si fuese con acento mejicano. Por ejemplo, una pareja constituida, precisamente, por Benito Juárez, para que explique bien eso de “el derecho ajeno”, y El Santo, el famoso luchador y héroe contra los enemigos de la ley.
Esta pareja podría faenar hombre a hombre con la variedad de tigueraje que anda asaltando o traficando, y que en sus horas de asueto, reparte ruidos infernales desde carros y colmadon es, apertrechado de bocinas, twitters y subwoofers.
La presencia de don Benito es vital, porque a nadie más le van a creer que el derecho ajeno no significa que uno puede hacer en “lo suyo” lo que le dé la gana.

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