BENITO JUÁREZ
República  Dominicana fue el primer país del continente
en proclamar al procer mexicano “benemérito de las Américas”

<STRONG>BENITO JUÁREZ</STRONG><BR>República  Dominicana fue el primer país del continente<BR>en proclamar al procer mexicano “benemérito de las Américas”

POR ÁNGELA PEÑA
Un siglo antes de que en Santo Domingo se designara una calle con el nombre de Benito Juárez, la República Dominicana se había constituido en el primer país del Continente en proclamarlo “Benemérito de la América” y el segundo en reconocer su lucha perseverante en defensa de la libertad de su Patria. Colombia ganó en primacía.

 Sin embargo, hasta hace pocos años se atribuía la iniciativa al país porque, cuando el Congreso Nacional emitió la histórica declaración, el 11 de mayo de 1867, consignaba su deseo de erigirse en ejemplo para que las demás repúblicas ofrecieran su apoyo a la causa de Juárez por la independencia de México contra las fuerzas invasoras francesas y sus aliadas.

 El gesto de los congresistas criollos era desconocido hasta por los propios mexicanos que mostraron su asombro cuando un intelectual de aquellas tierras dio a conocer la noticia en 1950. Vetilio Alfau Durán fue el historiador que divulgó tan revelador dato al reproducir y comentar la memorable disposición cuando se inauguraron el busto del prócer y una plazoleta en la vía que le rinde tributo en el barrio “La Esperilla”.  Ya el distinguido cronista, empero, había obsequiado la resolución legislativa a un colega mexicano, José de Jesús Núñez Domínguez, quien la publicó impresionado por el hallazgo.

 Decía Núñez que aunque Colombia le había rendido al patricio un máximo tributo de admiración, “otro pueblo de América, no por pequeño menos valioso en sus manifestaciones, lo declaró “Benemérito de la América” por voz de su Congreso. Este pueblo fue la República Dominicana y justo me parece que este acto casi o por completo ignorado en México, sea conocido ampliamente porque revela una vez más los estrechos lazos de amistad que han existido entre los dos países y como en los dominicanos encontraban y han encontrado siempre un prolongado eco las vicisitudes mexicanas”.

 Seis años después, Alfau  reprodujo en “El Caribe” la resolución, comentando que “cuando a nuestra patria llegó el eco grato de que el noble pueblo mexicano había logrado el triunfo, reafirmando el imperio del republicanismo democrático, el Congreso Nacional quiso premiar el mérito del caudillo ilustre que había sabido conducirlo a la victoria”.

 En efecto, agrega, “antes que otro, nuestro gobierno, por medio de una disposición legislativa, proclamó a Benito Juárez Benemérito de la América, ofreciendo así un alto gesto de confraternidad y de justicia, pocas veces visto en el mundo americano”.

“Espléndido triunfo”

 El 11 de mayo de 1867, reunidos Juan Bautista Zafra, presidente del Congreso Nacional, con los diputados Carlos Nouel, Pedro Valverde, Antonio Delfín Madrigal, Jacinto de la Concha, Melitón Valverde, Manuel María Castillo, Wenceslao de la Concha, Deogracia Linares, Faustino de Soto, Telésforo Objío, Álvaro Fernández, Ramón Mella (hijo), Olegario Pérez y Juan Bautista Morel, se ponderaron la lucha y el éxito de Juárez.

 El diputado Madrigal puso en conocimiento de la Cámara “la plausible noticia recibida de que Juárez acaba de conseguir un espléndido triunfo, dando un golpe de muerte al imperio en mal hora fundado en México”. Significó que por este hecho Benito Juárez se hacía acreedor “a los vítores de toda la América, ya que destruyendo para siempre la preponderancia de Europa en este hemisferio, mataba cuantas esperanzas de dominio pudiera éste abrigar en lo sucesivo”.

 Llamaba la atención de sus colegas sobre el hecho, con el propósito de que el Congreso Dominicano aclamara a Benito Juárez “Benemérito de la América”, destacando que con esta decisión la República tomaría la iniciativa, sirviendo de estímulo a las demás naciones hermanas.

 El diputado Melitón Valverde manifestó que acogía con entusiasmo la idea y luego, a invitación de la presidencia, “la Cámara toda se puso de pie en honor del Presidente Juárez, aplaudiendo de este modo el triunfo de la causa Republicana en México y tomando en consideración la propuesta de Madrigal”.

La calle

 La calle “Benito Juárez” está localizada en el sector “La Esperilla”. Nace en la  “Pedro Henríquez Ureña”, cruza las avenidas México y  Francia, da una vuelta en U y cae otra vez en la Francia, donde termina. En 1956 fue inaugurado el busto en la plazoleta bautizada con el nombre del inmortal patricio, donado por el entonces Presidente de México, Adolfo Ruiz Cortines, y entregado en acto solemne por el doctor Francisco del Río Cañedo, embajador de México en el país para la fecha. Marco Gómez hijo, presidente del Consejo Administrativo, agradeció la donación.

 Del Río puso de relieve que “cuando la decadente demagogia europea en el siglo XIX intentaba seguir haciendo sentir su influencia en el desarrollo de América Latina fue Juárez quien se erigió contra ella, y sostenido sólo por la fuerza de su ideal, expulsó al extranjero que hollaba nuestro suelo patrio, rubricando con su gesta el derecho de la autodeterminación política en el continente americano”.

 Añadió que “Benito Juárez, con su acción, desmintió el error de la teoría que algunos pueblos poderosos quisieron implantar al querer hacer valer los derechos únicos de las llamadas razas superiores”. La Banda de Música de la Policía Nacional ejecutó las notas de los himnos dominicano y mexicano.

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