Berger asume presidencia de Guatemala

Berger asume presidencia de Guatemala

GUATEMALA (AFP).- El empresario Oscar Berger, de 57 años, asumió ayer miércoles la presidencia de Guatemala, un país de 11,2 millones de habitantes, donde la mayoría vive en la pobreza y afronta además los flagelos de la violencia y la violación a los derechos humanos.

Berger, de la Gran Alianza Nacional (GANA, derecha), ganó la presidencia en la segunda vuelta electoral el pasado 28 de diciembre, al derrotar a Alvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, centro derecha) y relevará a Alfonso Portillo, quien lo derrotó hace cuatro años.

El político, apoyado por el gran capital, recibirá un país con estabilidad macroeconómica, pero con grandes desigualdades sociales y discriminación de su población indígena.

No obstante, Berger herederá una inflación de sólo 5,85%, la más baja de los últimos ocho años, un déficit fiscal del 1,5% en relación al Producto Interno Bruto (PIB), por debajo del 1,7% comprometido por el país en el acuerdo ‘stand by’ con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Asimismo, Berger recibirá el país con las más altas reservas internacionales, (2.976,5 millones de dólares en agosto pasado), tasas medias de interés de 14%, unos 12 puntos menos que hace cuatro años, así como una relativa estabilidad del tipo de cambio, que ha oscilado en torno a ocho quetzales por dólar estadounidense.

Sin embargo, tendrá que enfrentar una pobreza que afecta al 80% de los guatemaltecos, la pobreza extrema que sufre el 60%, una creciente violencia – un promedio de 15 muertos diarios, principalmente en la capital – así como tasas de mortalidad infantil de 39 por cada 1.000 nacidos vivos.

Otro fenómeno negativo para Berger será el aumento de los precios de varios productos de la canasta básica, como los del azúcar, el pollo y los combustibles, que se dispararon a finales de diciembre, así como incrementos previstos de la energía eléctrica y agua potable, esta última en la capital.

Los activistas humanitarios también vieron en los últimos cuatro años aumentar las amenazas en su contra, incluida la Premio Nóbel de la Paz 1992, la indígena Rigoberta Menchú, quien se vio obligada a trasladarse a México, así como contra periodistas y operadores de justicia.

Berger ha anunciado su intención de retomar los Acuerdos de Paz, firmados en 1996 y que pusideron fin a una guerra de 36 años, como base para impulsar un gobierno orientado a garantizar el bienestar social y la integración de todos los guatemaltecos, aún polarizados por el conflicto armado.

La elección del político conservador ha despertado optimismo en el sector privado, cuya cúpula, el poderoso Comité de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), pide a través de anuncios de prensa a los guatemaltecos «olvidar los cuatro años de pesadillas» vividos con Portillo.

El gobernador de Florida, Jeb Bush, se reunió este miércoles con Berger horas antes del traspaso de poderes y aseguró que «la transición de poder pacíficamente, sin problemas, es algo de lo que todos los guatemaltecos deben de tener mucho orgullo, nosotros también nos sentimos orgullosos de ver un proceso tan lindo».

Bush también conversó con Berger sobre diversas formas de apoyar a miles de inmigrantes guatemaltecos que residen en Estados Unidos.

Aunque Berger llega al poder con la bendición del Cacif y de Estados Unidos, enfrentará múltiples problemas internos, comenzando por el hecho de que apenas tendrá 47 diputados en un Congreso de 158 miembros, así como problemas de presupuesto nacional.

Además, tendrá como uno de sus principales desafíos iniciar una causa contra el ex dictador Efraín Ríos Montt, acusado de graves violaciones a los derechos humanos durante su régimen de facto en 1982 y 1983.

Berger sorprendió la víspera de su juramentación al anunciar su disposición a negociar la reestructuración de la deuda externa, que asciende a 3.338,5 millones de dólares, según cifras del Banco Central de noviembre pasado.

La iniciativa buscaría trasladar la deuda a bancos privados internacionales, entre ellos el Citibank, a 20 años de plazo, a una tasa de interés del 6% y con un periodo de gracia de cuatro años, para liberar en este periodo unos 375 millones de dólares para invertirlos en seguridad, educación y salud.

El presidente electo también se reunió este miércoles horas antes de asumir la presidencia con los mandatarios de Centroamérica que asisten a la juramentación, con quienes abogó por eliminar las aduanas en la región a corto plazo.

Al acto de juramentación en horas de la tarde han confirmado su asistencia delegaciones de unos 150 países, incluidos los presidentes de Colombia, Bolivia, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Belice y Saint Kitts, así como representantes de organismos internacionales.

Está previsto que la ceremonia del traspaso se inicie en el Gran Teatro Nacional Miguel Angel Asturias a las 15H00 locales (21H00 GMT) bajo un fuerte dispositivo de seguridad, iniciado el pasado sábado.

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