Berlín exhibe sus monumentos

Berlín exhibe sus monumentos

Berlín.-La capital alemana inauguró ayer una muestra que rememora la historia de Alemania a través de un centenar de monumentos originales, eliminados del paisaje urbano de Berlín por haberse convertido en políticamente obsoletos, y entre los que figura una enorme cabeza de Lenin, la estrella del conjunto.

Se trata de una exposición que presenta “monumentos caídos”, que desaparecieron del mapa “porque cambió el contexto político”, explicó Andreas Nachama, director de la Fundación Topografía del Terror y miembro del consejo científico de esta muestra.
“Es muy difícil manejar arte y monumentos de marcado carácter político”, agregó el experto, quien subrayó que “de manera consciente” no ha querido utilizar la expresión de “políticamente contaminados” para referirse a los mismos.

La exposición “Destapado. Berlín y sus monumentos”, ubicada en la ciudadela del barrio periférico de Spandau, en un edificio restaurado para la ocasión, está dividida en cinco apartados y arranca con el siglo XVIII, cuando Brandeburgo y Prusia se erigieron en reino, hasta llegar hasta la actual Alemania reunificada.

Abre con un mapa digital que incluye unos 600 monumentos que documenta e ilustra el desarrollo del paisaje monumental berlinés.

El primer apartado refleja el período anterior a 1871 y el ascenso militar y político de Prusia reflejado en los monumentos dedicados a sus gobernantes y generales.

Le sigue la época del imperio alemán, caracterizado por un aluvión de monumentos que expresan la voluntad de mantener las tradiciones heredadas en un tiempo marcado por grandes cambios.

Representativo de esta época es el conjunto monumental de la Siegesallee, la avenida triunfal en el parque Tiergarten berlinés, de tiempos del emperador Guillermo II.

El tercer apartado muestra la ruptura con la cultura monumental del imperio alemán, que da paso durante la república de entreguerras de Weimar a un paisaje marcado por monumentos consagrados a la derrota alemana y a las víctimas de la I Guerra Mundial. Ya en tiempos del régimen nazi, los monumentos perdieron importancia en favor de una arquitectura de grandes dimensiones como demostración de poder y hegemonía.

El último apartado de la exposición está dedicado a la ciudad dividida por el Muro, en tiempos de la Guerra Fría.

En el Berlín occidental se erigieron escasos monumentos, alusivos principalmente a la división de la ciudad, como el que recuerda el puente aéreo establecido por Estados Unidos y sus aliados en 1948 en el aeropuerto de Tempelhof para abastecer a ese sector de la ciudad en los once meses que duró el bloqueo soviético.

En Berlín Oriental, por contra, se alzaron numerosos monumentos alusivos a la amistad germano-soviética y a la ideología socialista.

Mientas que los monumentos en la parte occidental siguieron en pie tras la reunificación, los de la oriental fueron desmantelados, entre ellos una estatua gigante de Lenin, erigida en 1970 y obra de Nikolái Tomski, y cuya cabeza fue desenterrada en 2015.

“Estaba claro que tenía que estar presente de alguna manera, pero el monumento entero mide 19 metros y habría supuesto además un gran coste”, declaró Andrea Theissen, responsable del proyecto, al referirse al Lenin de granito, del que solo se exhibe la cabeza.

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