ROMA (AFP).- La marcha atrás del jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, sobre la retirada de las tropas de Irak, anunciada bajo la presión de Londres y Washington, supuso un duro golpe para la credibilidad internacional del país, estimaron este jueves la oposición y la prensa.

   «La credibilidad es el bien más preciado de una nación», escribe en un editorial el diario La Repubblica Lucio Caracciolo, director de la prestigiosa revista de geopolítica Limes.

   «La serie de declaraciones, explicaciones y aclaraciones con las que Berlusconi anunció a Italia y al mundo que desearíamos iniciar una retirada progresiva de Irak a partir del mes de septiembre no benefició a la credibilidad de la nación», afirma Caracciolo.

   Ante la ola de críticas Berlusconi optó por defenderse este jueves afirmando que no se retractó en nada y dijo que era víctima de «un caso construido por la desinformación de una prensa sin ninguna honestidad intelectual».

   El martes Berlusconi declaró en televisión: «a partir de septiembre, empezaremos a reducir progresivamente el número de soldados» en Irak.

   Tras la presión ejercida por Estados Unidos y Gran Bretaña, Berlusconi retrocedió hasta asegurar el miércoles en la noche que no habrá retirada si Londres y Washington se oponen.

   Las críticas por la retractación de Berlusconi se ha hecho sentir de manera profunda en la prensa.

   «Él (Berlusconi) anuncia, desmiente, confirma, corrige. Silvio Berlusconi dijo en 24 horas todo y lo contrario», fustigó el diario de izquierda Il Manifesto.

   La Repubblica publica este jueves en portada una caricatura de Berlusconi declarando: «yo no he dicho nunca lo que he dicho y aunque lo haya dicho he mal interpretado mis palabras», añadiendo en sus páginas que Italia está ya relegada a una «segunda división» de la escena internacional.

   «El encuentro que relega definitivamente a Italia a segunda división de Europa está fijado para mañana cuando en París, el presidente ruso Vladimir Putin será recibido por (el presidente francés) Jacques Chirac, (el canciller alemán) Gerhard Schroeder y (el jefe de Gobierno español) José Luis Rodríguez Zapatero».

   «En el programa del encuentro hay cuestiones de carácter europeo e internacional. Berlusconi no estará. La exclusión debe ser particularmente dolorosa para el jefe del gobierno» italiano, concluye La Repubblica.

   El Corriere della Sera, el diario con más tiraje de Italia, publica una caricatura en la que Berlusconi habla con el presidente estadounidense George W. Bush, y después dicta a su secretaria: «Señorita, escriba: me he puesto de acuerdo con Bush para la retirada inmediata de todo lo que dije en televisión».

   Los principales dirigentes de la oposición no se quedaron atrás, estimando que esta serie de declaraciones contradictorias afectaría a la dignidad y credibilidad del país.

   «Todo esto no es digno de un país civilizado. (…) El gobierno debe acudir frente al Parlamento y decir exactamente lo que quiere hacer con los militares italianos en Irak», afirmó Piero Fassino, secretario general del partido de los Demócratas de Izquierda (DS, ex comunistas), la principal fuerza de la oposición.

   «No podemos ni debemos jugar con la dignidad de nuestro país», se quejó el jefe de la oposición y ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

   No es posible fijar en una tarde el inicio de la retirada de las tropas y «dar marcha atrás 24 horas después porque hemos sido llamados al orden. Es contrario a las reglas más elementales de la política», añadió Prodi.