Roma. EFE.- El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, que cumple condena a trabajos sociales por un delito de fraude fiscal, ha vuelto con fuerza a la arena mediática, con el obvio intento de apoyar a su partido en las elecciones europeas.
El empresario y político de 77 años, de quien el Tribunal Supremo confirmó probada en una sentencia definitiva el pasado 9 de mayo su vinculación con la mafia por medio del exsenador de su partido Forza Italia (FI) Marcello Dell’Utri, se ha hecho presente intensamente en los últimos días en los medios de su país. En ellos ha vuelto a repetir que su salida de la jefatura del Gobierno en 2011 fue resultado de un “complot”, que asegura fue tramado por otros líderes de la Unión Europea (UE).
“Se trató de una violación de las reglas democráticas y de un ataque a la soberanía del país”, se quejó Berlusconi después de conocer las revelaciones hechas por el exsecretario estadounidense del Tesoro Tim Geithner.
Este asegura en un libro que en la cumbre del G20 celebrada el 3 y 4 de noviembre en Cannes en 2011, los Gobiernos europeos pidieron a la Casa Blanca que les ayudasen a retirar del poder a Berlusconi, pero que el Gobierno estadounidense se negó.
Berlusconi ya había denunciado con anterioridad que su dimisión fue fruto de un “complot” y dijo esta semana que la formación del Gobierno de Mario Monti fue “un golpe de Estado” contra quien “no permitía a Alemania y Francia realizar sus decisiones en política económica”, como él mismo se ve.
Ante esta supuesta conjura, otros políticos italianos salieron al paso esta semana y recordaron que Berlusconi tenía un Gobierno frágil al que le faltaba una mayoría y que en el parlamento no contó con los votos para aprobar las cuentas del Estado.
Sin embargo, las acusaciones lanzadas en los medios de comunicación tuvieron la consecuencia de propagar oportunamente dudas sobre la supuesta existencia de intereses ocultos para sacar al excavaliere de la política italiana a la que ahora vuelve. Hasta el recurso a la comparación con el papa Francisco ha sido utilizado por Berlusconi, quien aseguró en “Radio24” que el pontífice argentino le gusta y que se comporta en la Santa Sede “como lo habría hecho yo».
Y como no podía ser menos tratándose de alguien que de su imagen pública ha tenido tan alta estima, agregó que en comparación con el papa- (somos) “de la misma edad, pero yo los años los llevo mejor».
El empresario y político – y ahora además también condenado a trabajos sociales en un centro de asistencia a enfermos de alzheimer de Milán- se atribuyó además a sí mismo lo que calificó una tarea “titánica».
Se trata nada menos que de aportar “democracia y libertad” a su país, preguntado en los medios sobre si desfallecería si Forza Italia cayera por debajo del 20 % en los comicios al Parlamento Europeo del próximo 25 de mayo.
“Tendré que seguir adelante porque tengo por delante una operación titánica- transformar la mayoría moderada en una mayoría política organizada, y porque debo garantizar al país democracia y libertad”, dijo en “Mix24″.
Los últimos sondeos sitúan al partido de Berlusconi por debajo de ese umbral de votos, superado por el Movimiento 5 Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo, que podría alcanzar entre el 25 y el 26 % de los sufragios, que favorecerían como líder al Partido Democrático (PD) del primer ministro, Matteo Renzi, con cerca de un 33 % de las intenciones.
Y ante la perspectiva de que los electores den preferencia en el último tramo de la campaña electoral europea al histriónico Grillo, el veterano Berlusconi quiso esta semana intentar asustar a quienes aún duden entre darle su voto o al aspirante a segundo.
“Grillo es un peligro para Italia porque es un aspirante a dictador”, sentenció el ex primer ministro, cuya condena definitiva ante el Supremo italiano sus abogados indicaron que recurrirán ante el Tribunal de Estrasburgo.