Berroa recuerda sus grandes narraciones (2 de 2)

Berroa recuerda sus grandes narraciones (2 de 2)

POR CARLOS NINA GóMEZ
HECHOS TRASCENDENTES.- Los atletas, en cualquier deporte, siempre buscan ver cristalizados sus sueños porque saben que, al ver hechos realidad los proyectos en carpeta, saben que alcanzan la cúspide y, por vía de consecuencia, ¡fama y fortuna!. Los profesionales de la comunicación, vale decir, quienes laboran en periódicos, revistas y medios electrónicos (radio y televisión), también se trazan metas.

Billy Berroa se trazó metas… y logró que sus proyectos maduraran y dieran los frutos deseados.

Hoy recuerda, con mucho orgullo -aunque también con nostalgia- su trabajo como narrador de béisbol.

Entre los hechos más trascendentes, y en los que fue protagonista en su rol de narrador de béisbol, Billy Berroa recuerda los siguientes: El no-hitter lanzador por el estelar pitcher dominicano Juan Marichal en 1963 frente al equipo de Grandes Ligas los Colt-45 de Houston; la narración del cuadrangular 715 de Hank Aaron en 1974 (para romper la marca de Babe Ruth); el partido de 16 entradas, protagonizado por los Gigantes de San Francisco y los Cardenales de San Luis en 1964. Marichal tuvo como rival, en el montículo, al inmenso (zurdo) Warrem Spahn. El juego, que terminó pasadas las dos de la madrugada y escuchado en todo el país, lo ganó Marichal 1-0 después de jonrón solitario conectado por otro grande de la Gran Carpa, Willie Mays.

Asimismo, Berroa no olvida transmisiones en las que también ha trabajado como narrador en partidos de Series Mundiales.

Igualmente su rol de narrador en la siempre recordada La Gran Cadena de la Calidad que compartió con Johnny Naranjo, Lilín Díaz y Freddy Mondesí. Naranjo, preciso, estadígrafo y objetivo en sus comentarios; Lilín Díaz, también estelar narrador y Mondesí, llamado «La voz que vende», hicieron historia juntos a Berroa en aquellas inolvidables transmisiones en el exigente béisbol de Grandes Ligas.

Antes de estar en la Gran Cadena de la Calidad, Berroa laboró, siempre como narrador, en la primera cadena que transmitió, para el territorio nacional, los partidos de Grandes Ligas.

En esa cadena compartió labor con Lilín Díaz y Tomás Troncoso Cuesta. El locutor comercial lo era Osvaldo Cepeda y Cepeda -siempre fino y culto locutor- y la coordinación estaba a cargo del sapiente políglota Ellis Pérez quien fue el ideólogo de esas transmisiones que se iniciaron en 1962.

Berroa y sus compañeros escribieron páginas que solidifican la historia de las difusiones deportivas radiales dominicanas porque transmitieron, en vivo y directo, partidos de Grandes Ligas.

Después de cumplir una labor «muy especial», que fue la de transmitir, en forma recreada vía teletipo, los juegos, viajaron -con cierta frecuencia- a varias ciudades de Estados Unidos para difundir, desde el mismo escenario, los partidos donde participaban jugadores dominicanos. Eran los tiempos en los que brillaban los hermanos Felipe, Mateo y Jesús Alou, Julián Javier y Juan Marichal.

LOOR A LA PRENSA DEPORTIVA

Berroa, cuando se le pregunta sobre la calidad y profesionalidad de la prensa deportiva dominicana, no evade.

Y dice que la crónica deportiva se ha desarrollado de forma increíble. Porque ha acusado un avance extraordinario, aunque, afirma, se observan algunas lagunas…»como ocurre en otras profesiones».

Cuando aborda el tema de la prensa deportiva dominicana, recuerda -y hace hincapié en la crónica radial- los años 50, 60 y hasta 70, décadas en las que brillaron, con luz propia, comentaristas, narradores y periodistas de la talla de Mario Alvarez Dugan (Cuchito), Félix Acosta Núñez, Rafael Martorrel, Neftaly Martínez, Max Reynoso, Fidencio Garris, Max Alvarez, entre otros.

Sobre Cuchito Alvarez, actual director general de este periódico, resalta su eficiente trabajo como comentarista de los partidos del béisbol local cuando hacía pareja con Rafael Rubí, aquel capacitado narrador cubano.

Respecto a Rubí, tuvo palabras de «elogio muy especial» al

destacar su singular narración junto a Cuchito Alvarez. No olvida -y quienes disfrutaron aquellos tiempos como fanáticos se desviven al recordarla- la famosa frase-pregunta de ¿qué te parece Cuchito? que Rubí lanzaba al comentarista criollo cuando quería escuchar una reacción de éste, en comentario, de una pasada jugada.

Hay que decir, opina Berroa, que el periodismo deportivo dominicano -hace 35 ó 40 años- jugó un papel de primer orden en la sociedad.

Reconoce que los periodistas de aquellos tiempos eran empíricos, porque no fueron a la universidad. No eran académicos, pero, expone, su empirismo no puso en duda ¡nunca-! su profesionalidad, capacidad y ética.

De las recientes generaciones de periodistas, comentaristas y cronistas deportivos, Berroa también reconoce la calidad, en sentido general, de sus practicantes.

Sin embargo, considera que los cronistras deportivos de estos tiempos -y lo expone a manera de consejo y orientación profesional- deben emular la eficiencia de veteranos como Cuqui Córdova, a quien califica como un historiador deportivo que ha hecho un gran aporte a la bibliografía del deporte local; Max Reynoso, Cuchito Alvarez, Fidencio Garris, Rafael Matorrel, Félix Acosta Núñez, Max Alaverez…

Hace un aparte en la figura de Acosta Núñez de quien afirma ha sido el periodista deportivo dominicano más completo…»porque Félix, además de excelente narardor de béisbol y boxeo, podía escribir, con fina pluma, artículos de cualquier deporte y lo hacía con elegancia y profesionalidad», agrega.

De la crónica deportiva de ahora, Berroa también destaca la calidad de sus miembros y dice que no se atreve a decir quién es el mejor comentarista (o cronista) deportivo de la época moderna.

Lo que sí afirma es que se siente orgulloso de la prensa dominicana especializada en deportes de estos tiempos porque, refiere, realiza un trabajo encomiable y aprovecha, al máximo, el constante desarrollo de la tecnología.

Repite que, como ocurre en todas las etapas de la vida y en todas las profesiones u oficios, siempre hay profesionales buenos, malos y mediocres, pero, ratifica, en la prensa deportiva dominicana los que tienen más calidad conforman la gran mayoría.

En el marco de su discurrir por los medios electrónicos, Billy Berroa declara que nunca puede olvidar los programas que realizó junto a Max Alvarez y Lilín Díaz.

Pero hace un aparte para referirse al programa llamado La revista M & B que durante más de 20 años compartió con Max Alvarez.

Este programa en principio se diseñó para informar y comentar sobre todas las actividades, incluidas las de política…pero en poco tiempo tuvieron que segmentarlo sólo para deportes porque en una ocasión, por hacer un comentario sobre asuntos políticos, tuvieron problemas y se les amenazó con llevarlos a la cárcel.

«Sólo para Hombres», que compartió con Lilín Díaz por televisión, Berroa igualmente lo recuerda como uno de los mejores programas donde laboró en su época de oro en el

periodismo. Este espacio era miceláneo, pues se informaba y comentaba de todo, desde farándula, política, asuntos sociales, del ambiente gourmet y deporte.

¿VA A COOPERSTOWN?

La calidad como periodista deportivo de Billy Berroa ha llegado a tan larga distancia que ha recibido, en Estados Unidos, incontables premios.

Tan lejos ha llegado su estelaridad que ahora se le nominó para los especiales galardones que se les otorgan -para ocupar privilegiados espacios en el Salón de la Fama del béisbol de Grandes Ligas, cuyo asiento está en el pequeño poblado de Cooperstown, localizado en las afueras del estado de Nueva York- y con reales posibilidades de alcanzar la estatuilla.

El veterano comentarista dominicano está nominado en el renglón de narrador de béisbol tras ser evaluado por el gran trabajo realizado en diferentes cadenas hispanas en Nueva York y otras ciudades de EE.UU.

Peter Gammons, conocido periodista estadounidense especialista en béisbol y que trabaja para el diario Boston-Globo y ESPN-digital, fue exaltado a Cooperstown en la categoría prensa escrita.

El consenso de los periodistas hispanos que trabajan en Estados Unidos es que Billy Berroa es merecedor, al igual que Gammons y otros escritores estadoundienses y latinos, de ser llevado a la inmortalidad.

Cuando se le pregunta sobre su nominación, Berroa se limita a decir, con su acostumbrada modestia, que se siente contento y agradecido por tal distinción.

Los ganadores para la inmortalidad de Cooperstown serán seleccionados a mediados de enero y exaltados en febrero del próximo año.

La prensa deportiva hispana, que labora en Nueva York, considera que si inmortalizan (para Cooperstown) a Billy Berroa, no sería una sorpresa porque este gran profesional lo ha hecho todo, -y bien-, para merecer un espacio en el Salón de la Fama del Béisbol en Estados Unidos.

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