Troi Orlando Espejo 
Betty Gerónimo invitó a la mujer y a la juventud dominicana a no rendirse ante las críticas y tener fe en sus metas.
El que la conoció con “el baile de la bolita” en Divertido con Jochy, quizás ignora que ella lleva más de 11 años haciendo labor social con su Fundación Plan de Acción Solidaria
Con una interminable sonrisa y muy atenta a las preguntas, Betty Gerónimo desglosa la evolución de su metamorfosis ante la sociedad, desde el baile y la televisión hasta la congresista y la dirigente política que es ahora.
La bella Betty que todos conocieron como parte del staff de baile del popular programa de televisión “Divertido con Jochy”, hoy es la mujer que dignamente representa a Santo Domingo Norte como diputada por el oficialismo.
A los que aún no asimilan verla en la Cámara de Diputados ocupando su curul y la castigan con críticas inmisericordes, ella les responde con orgullo insoslayable: “Soy bailarina profesional; me formé desde los 7 años con la ida a destiempo Patricia Ascuaciati en Bellas Artes en la danza moderna y eso lo llevo en la sangre”.
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Aunque reconoce que actualmente ha tenido que dejar de lado lo artístico, pues sus prioridades han cambiado, debido a la gran responsabilidad que tiene como diputada, lo cual le absorbe gran parte de su tiempo. En las pasadas elecciones, Gerónimo Santana recibió los votos de 18,054 ciudadanos, según lo dictaminó la Junta Electoral de Santo Domingo Norte, lo cual la hizo la más votada de esa demarcación. “La carencia de representantes que teníamos en nuestro municipio fue un factor determinante para mis aspiraciones”, dice mientras recuerda que llega a la política por vía de su esposo, el ex alcalde Francisco Fernández, y se enamora de inmediato de las labores sociales.
Recuerda lo difícil que fueron las dos internas del PRM, donde resultó ganadora, y advirtió que está preparándose para seguir en la política en 2024 en el cargo de alcaldesa de Santo Domingo Norte.
Es Otra Betty
Se define como una mujer trabajadora, de gran corazón, humilde y que cree en Dios. Su cara se ilumina cuando habla de su familia, de la cual destaca a su esposo y sus “dos milagros vivientes”, Ángel, de 8 años, y Victoria, de dos años. “Dios me ha bendecido; después de yo tener mis hijos soy otra Betty. A través de ellos, yo conocí el temor y el amor a Dios”, revela con énfasis la parlamentaria.
