Bibliotecas y calidad educativa en República Dominicana

Bibliotecas y calidad educativa en República Dominicana

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El logro de la calidad educativa en cualquier país nunca será el resultado de esfuerzos dispersos ni de poco tiempo; será el fruto de un largo proceso, en el que necesariamente participan todos los sectores de la sociedad, tal como ha concebido en República Dominicana el Pacto Nacional por la Reforma Educativa, firmado el 1 de abril de 2014. No importa que los rankings de medición educativos nos coloquen en lugares desfavorables, si se tiene conciencia de que hay una adecuada estrategia y que se avanza por el camino correcto.
Así, entre los Objetivos del Milenio 2000-2015, con los acuerdos y supervisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU), figuraba lograr la universalización de la enseñanza primaria, lo que no se obtuvo. En 2008, se había llegado en América Latina al 95 por ciento de la población infantil. En declaraciones del 29 de julio de 2015, el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, había revelado que “la República Dominicana ocupa el lugar 146 de una lista de 148 países con peor calidad en la educación”.
No obstante, cuando una sociedad, con todo el liderazgo nacional unificado, decide salir de la pobreza y llegar a los grados de crecimiento y desarrollo que la que coloquen, gracias a la educación y la cultura, en espacios cercanos a la felicidad o a los estadios del bienestar, no habrá nada que detenga ese proceso.
Es lo que ocurre actualmente en nuestro país. Hay una meta clara y última hacia la calidad: el Pacto Nacional por la Reforma Educativa. Él tiene todas las indicaciones, elementos y especificaciones para lograr la meta. Cuenta con un sistema de monitoreo bastante eficiente, integrado por las áreas gubernamental (los Ministerios correspondientes), la sociedad en general y los diversos actores del proceso enseñanza-aprendizaje. El Pacto cubre todo el espectro de la educación: desde la primera infancia, pasando por la primaria, hasta la media, ciclo llamado pre-universitario; la universitaria, incluida la post-graduada, en sus diversos niveles; y la Formación Técnico Profesional.
Y resultó tan cuidadoso el proceso de elaboración del documento que expresa el pacto, que sin entrar en definiciones, deja claras las diferencias y estrechas relaciones, en cuanto a sus especificidades y naturaleza, sobre los roles de la educación y la cultura. Esta última ha logrado rango constitucional: en la Constitución de 2010, reformada en 2015, se reconocen formalmente, por primera vez, los derechos culturales de los ciudadanos.
Así se expresa el artículo 64 de esa Carta Magna, en su Sección III:
“Derecho a la cultura. Toda persona tiene derecho a participar y actuar con libertad y sin censura en la vida cultural de la Nación, al pleno acceso y disfrute de los bienes y servicios culturales, de los avances científicos y de la producción artística y literaria. El Estado protegerá los intereses morales y materiales sobre las obras de autores e inventores. En consecuencia:
“Establecerá políticas que promuevan y estimulen, en los ámbitos nacionales e internacionales, las diversas manifestaciones y expresiones científicas, artísticas y populares de la cultura dominicana e incentivará y apoyará los esfuerzos de personas, instituciones y comunidades que desarrollen o financien planes y actividades culturales. (…)”.
En ese contexto de los derechos educativos y culturales de la población, los ministros Carlos Amarante Baret y José Antonio Rodríguez, en nombre de sus respectivos ministerios de Educación y de Cultura, firmaron el 10 de junio de este año, un acuerdo para fortalecer la enseñanza de educación artística en las escuelas públicas y privadas del país. “En tal acuerdo se establece que el Ministerio de Cultura dispondrá de especialistas formados en la Escuela Nacional de Bellas Artes para incorporarlos como monitores y talleristas en las escuelas donde se imparte la jornada de tanda extendida”.
“Los funcionarios manifestaron su satisfacción por la firma del convenio, que según indicaron mejorará la calidad educativa de los estudiantes del nivel básico”.
El Ministro Amarante Baret manifestó que cuando los niños y niñas se educan en los valores culturales se convierten en “otros seres humanos”.
Mientras que el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, explicó que el convenio tendrá un impacto directo a corto plazo en 18 escuelas de Bellas Artes a nivel nacional y 21 academias de música, beneficiando a 6,000 estudiantes y 343 profesores de esa institución que se incorporarán a la “Revolución Educativa” que promueve el Gobierno”.

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