BID cita a Balaguer y al PRSC como los más patrimonialistas y con dinastías

BID cita a Balaguer y al PRSC como los más patrimonialistas y con dinastías

Los gobernantes neopatrimonialistas tienden a nombrar y despedir a miembros de alto nivel del gabinete con gran frecuencia y consecuencias perniciosas. Y el extinto líder reformista Joaquín Balaguer no fue la excepción a la regla.

Utilizó sus casi limitados poderes para nombrar y despedir al personal; para recompensar a sus aliados; conquistar a sus enemigos; y prevenir cuestionamientos a su autoridad.

Balaguer, quien gobernó el país en dos etapas por 22 años, es citado en el capítulo 16 de la publicación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID  “La ruta hacia el crecimiento sostenible en la República Dominicana. Fiscalidad, Competitividad, Institucionalidad y Electricidad”, como el político y gobernante dominicano que se manejó de una manera más patrimonial que sus contendores y sucesores.

Cuando se refiere a la inestabilidad del gabinete, el informe señala que la alta rotación de personal ministerial fue la norma durante los años de Balaguer, la cual disminuyó a finales de la década de 1990 y es, actualmente, la excepción.

Estableció  dinastías.  La publicación del organismo internacional indica que aunque los lazos familiares y de afinidad cumplen un papel importante en los tres partidos políticos dominicanos principales, son particularmente comunes en el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Pone como referencia una encuesta entre diputados dominicanos realizada por la Universidad de Salamanca, la cual revela que el 73% de los diputados reformistas tienen al menos un pariente cercano -más frecuentemente un padre o un tío- en la política.

Al hacer la comparación, sostiene que el nivel de participación familiar en la política entre diputados del Partido Revolucionario Dominicano y el Partido de la Liberación Dominicana se aproxima al nivel promedio de América Latina en su conjunto, de por sí elevado, de 55%. (El informe hace referencia de la fecha de la encuesta en 2006).

Hay que señalar que  el informe del BID está basado en los trabajos de investigación realizados y en las consultorías contratadas en fechas comprendidas entre enero  2008 y marzo  2009.

Sostiene que la política neopatrimonial también tiene una tendencia al establecimiento de dinastías (Scott, 1972, por aquello  de que la sangre pesa más que el agua y también porque la mejor forma de hacer valer los contratos implícitos que sostienen sus estructuras de intercambio de favores es mediante los lazos familiares y de afinidad.

Indica, además,  que es  probable que la importancia de la afinidad aumente con el reparto de activos valiosos tales como contratos y concesiones gubernamentales.

“El control sobre intereses tan valiosos como esos crea tanto oportunidades como incentivos para repartirlos de una forma corrupta”, explica Michael Johnston. “Pero a duras penas se repartirían directamente a una masa de seguidores, no solo porque son muy pocos, sino también porque son demasiado valiosos. Mejor es repartirlos entre un grupo reducido de miembros de la élite o de parientes, de los cuales cabe esperar que den más a cambio y los cuales, en todo caso, no se darían por satisfechos con favores mezquinos”.

Favorecer al terruño.  Los políticos que se sirven del clientelismo tienden a pasar más tiempo con sus representados o a desarrollar estilos de hacer política de manera que tienden a favorecer al terruño en mayor medida que sus contrapartes de inclinaciones más programáticas. Acrecientan y mantienen sus bases de apoyo no por medio de una legislación que responda a los intereses del país ni vigilando la puesta en práctica de  la legislación por parte del Poder Ejecutivo, sino dispensando favores a las personas de su demarcación

Señala el BID que los diputados del PLD exhiben un mayor interés en los asuntos nacionales y menos en los de las provincias que representan.

La clave

Salida de Balaguer

Dice el informe del BID que   la salida de  Balaguer del escenario político se vincula no solo con el declive de su partido, el PRSC, sino también con la desaparición de su estilo excesivamente presidencialista de hacer política. Señala que no solo ha disminuido la discrecionalidad del Ejecutivo, sino que además han comenzado a ejercer su función de frenos y contrapesos.

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