BID evalúa sistema de riego

BID evalúa sistema de riego

La representación en el país del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) expresó su satisfacción por el impacto que el Programa de Administración de los Sistemas de Riego por los Usuarios (PROMASIR) ha alcanzado en las áreas rurales, al influir en el aumento de la producción y productividad, garantizar las inversiones agropecuarias a nivel de finca y contribuir a la estabilidad económica y social.

El señor Moisés Pineda emitió su consideración en un taller para evaluar los trabajos y metas acumuladas y proceder al cierre del PROMASIR, así como ponderar las ventajas y posibilidades de que este tipo de proyecto se replique en otro país de América Latina y/o el Caribe.

El funcionario internacional explicó que es norma del BID realizar ese tipo de actividad con el objetivo de evaluar los alcances de los proyectos en los que el organismo financiero ha tenido algún tipo de participación.

En el encuentro también participaron Frank Rodríguez, director ejecutivo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), que fue la entidad responsable de la ejecución del programa; Nancy Jesurun-Clements, especialista senior del BID en Washington; Bélgica Núñez, analista sectorial del organismo internacional de financiamiento; representantes de Juntas de Regantes beneficiadas con los trabajos del PROMASIR y técnicos del INDRHI.

El PROMASIR tuvo una inversión de RD$2,145 millones, financiados por el BID, para favorecer a unos 16,000 usuarios de riego que detentan más de 1,064,000 tareas cultivadas de distintos rubros. Su objetivo fue implantar la nueva política del subsector riego en el ámbito nacional, la cual se basa en la transferencia de la administración, operación y mantenimiento de sistemas de irrigación y drenaje a los usuarios organizados en Juntas y Asociaciones de Regantes.

El programa comenzó en julio de 1997 y debió concluir en 2004, pero en la pasada administración tuvo retrasos sustanciales, al punto de que iba a ser rescindido por el BID. La gestión de Rodríguez, sin embargo, fue autorizada a retomar los trabajos y logró finalizarlos satisfactoriamente, con un agresivo plan que en un año rehabilitó 13 sistemas de riego, instaló cuatro centros regionales de maquinarias y terminó de organizar a todos los regantes del país.

LOS RESULTADOS

La ejecución del PROMASIR permitió que la eficiencia general del riego (conducción, distribución y aplicación) en los sistemas del programa se incrementara desde el 25 al 35 por ciento, aumentando el uso de suelo con garantía de agua. También repercutió en la reducción del 15 por ciento en el gasto que el INDRHI hace para mantener y operar los sistemas, con relación a 2001, y que el cobro por concepto de tarifas de agua se incrementara en un 100%.

Con el PROMASIR se capacitó adecuadamente a los regantes organizados en Juntas o Asociaciones legalmente constituidas para que asumieran la gestión de la infraestructura hídrica, se les transfirieron 32 sistemas de riego; se elaboraron 200 padrones de usuarios verificados, actualizados y entregados a las organizaciones, y se hicieron 40 sistemas de información y planificación agro-hidrológica y de control ambiental.

Esos trabajos también han permitido crear un sistema de información con estadísticas básicas que posibilitan la planificación racional, sostenible y descentralizada de la agricultura bajo riego a nivel de distritos y sistemas.

FRANK RODRIGUEZ

El director del INDRHI, al informar sobre el PROMASIR, dijo que ese programa significa una revolución en los campos dominicanos al permitirles el acceso de la tecnología de punta en la producción y que ha llevado tranquilidad a los usuarios de riego al democratizar la forma de distribución del agua.

“Ha sido un trabajo con grandes repercusiones económicas, pero también sociales porque no sólo hemos organizado a los regantes para transferirles los sistemas y darle la administración, sino que también hemos enfatizado en la formación de los productores para que tengan capacidad de gestión y que haya una sostenibilidad de todas estas cosas”, dijo.

Agregó que ya no se producen esos grandes conflictos que se daban en la zona rural por la distribución y uso del agua. “Ahora todo es distinto; en el campo se respira un aire de paz y tranquilidad. Las Juntas de Regantes tienen el control del sistema de riego, cobran su tarifa y resuelven los pequeños conflictos que puedan presentarse; pero nosotros, en el INDRHI, nos mantenemos vigilantes para actuar en los casos que sea necesario”, agregó.

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