El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, propuso este jueves un cambio normativo que obligaría a las aerolíneas a indemnizar a sus pasajeros por cambios significativos en sus trayectos.
La medida, que aún no ha entrado en vigor, forzaría a las aerolíneas a compensar económicamente a sus pasajeros si la hora de salida o llegada de un avión que hace un trayecto doméstico sufre un retraso de más de tres horas.
En el caso de los vuelos internacionales, los pasajeros podrán reclamar indemnizaciones con retrasos de, al menos, seis horas, explicó en su rueda de prensa diaria la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
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“Todos sabemos lo molesto que es cuando tu vuelo es cancelado o se retrasa y luego, o cuesta muchísimo tiempo conseguir un reembolso, o solo consigues certificados de viaje de esa misma aerolínea”, remarcó Jean-Pierre.
Hasta ahora no existía una norma a nivel federal que fijara indemnizaciones y dependía del criterio de cada aerolínea.
El cambio normativo es una respuesta a la “inundación” de quejas de consumidores por cancelaciones o retrasos de aerolíneas estadounidenses desde que comenzó la pandemia de la covid-19, explicó en un comunicado el Departamento de Transporte.
Esa propuesta está ahora en proceso de revisión pública y podría entrar en vigor cuando esa etapa concluya, en aproximadamente tres meses.
La industria aérea fue una de las más castigadas por la pandemia, aunque las grandes aerolíneas de EE.UU. han recibido más de 35.000 millones de dólares en ayudas.