El presidente de EE.UU., Joe Biden, transmitió su preocupación al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre su propuesta de reforma judicial, que ha sumergido a Israel en una crisis y que finalmente fue paralizada temporalmente debido a la fuerte contestación social.
Uno de los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo en una rueda de prensa virtual que las inquietudes por parte de Biden vienen de la idea de que debe haber “controles y equilibrios” y un apoyo de “consenso” en los sistemas democráticos. Kirby indicó que responsables de EE.UU. han mantenido contacto con los responsables israelíes en las últimas dos semanas.
El Gobierno israelí se dio de plazo hasta julio para hacer los ajustes necesarios a la reforma, vista por la oposición y amplios sectores sociales como una amenaza para la democracia porque socava la independencia de la Justicia.
Netanyahu anunció este lunes que frena temporalmente su tramitación y la Casa Blanca celebró ese paso como algo positivo.
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“Damos la bienvenida a este anuncio como una oportunidad para crear tiempo y espacio adicional para el compromiso. Un compromiso es precisamente lo que hemos estado reclamando. Y seguimos urgiendo con fuerza a los líderes israelíes a llegar a un compromiso lo antes posible”, añadió en conferencia de prensa otra portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Desde la Presidencia estadounidense se había transmitido por la mañana que Biden no estaba preocupado de que la situación fuera a derivar en una guerra civil.
“El presidente cree que uno de los grandes puntos sobre Israel es su historia fuerte de democracia y se está viendo esa tradición de muchas maneras, aun cuando tengamos preocupaciones sobre esa legislación pendiente”, apuntó Kirby.
El domingo, la Casa Blanca ya había instado a los líderes de Israel a encontrar un acuerdo “lo antes posible” para hallar una salida a la crisis.
Más de 100.000 israelíes se concentraron hoy frente a la Knéset (Parlamento) en Jerusalén para protestar contra la polémica reforma judicial impulsada por el Gobierno de Netanyahu, en el marco de una histórica huelga general que podría llevar al mandatario a detener los trámites legislativos.
La polémica reforma busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.