¡Bien! Habla el Presidente

¡Bien! Habla el Presidente

Los hechos y las palabras  deberían ser inseparables en toda gestión gubernamental, y aunque conviene que los funcionarios altos sean libros abiertos para el país, la voz que unifique criterios oficiales y dé ideas claras del  rumbo del Estado no puede ser otra que la del superior de todos ellos. El guía de la nación. El Presidente. Complace que el jefe del Poder Ejecutivo se apreste en esta semana a comunicarse con su pueblo de manera formal y directa. Debería hacerlo más a menudo y de manera regular, rutinaria, aceptarles preguntas a la prensa.

 Generalmente diversos sectores formulan  críticas a esta administración, como a las anteriores. Además la sociedad expone -a través de  portavoces conocidos- mucha preocupación sobre determinados problemas acuciantes. A muchos ciudadanos les angustia la situación de la economía o la inseguridad en las calles. Existe alarma por el avance del narcotráfico, etcétera, etcétera, etcétera. Y no es lo mismo que el Presidente trate cualquier tema de la más candente actualidad situándose en un plano teórico, y en  la particularidad de algún foro o acto de Estado, a cuando comparece -previo anuncio- “ante el país”. Queda implícito que el “conductor de los destinos nacionales se va a tratar de tú a tú con la más respetable entidad: la nación. Todos sus gobernados, que siempre deben ser los primeros en su agenda. Tiene usted la palabra Señor Presidente.

 

En el día del Sida

El mundo tiene consagrada esta fecha para la reflexión y el balance que arroja el azote de la enfermedad del siglo: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) que en varios decenios ha causado millones de muertes en todos los continentes. A pesar de los avances científicos que han reducido la mortalidad, países como República Dominicana están rezagados en el beneficio, costoso, que se logra con los medicamentos más efectivos de última generación.

Grave es en nuestro medio el efecto social que está teniendo el Sida como estigma. Se evade contacto con los enfermos (hasta médicos  incurren en ello) de manera irracional e injusta. Además  muchos empleadores  aplican exámenes ilegales para negarles, discriminatoria e inhumanamente, oportunidades de trabajo a portadores sanos. Demandamos, en este fecha, mejor atención del Estado a la prevención y control de este mal y sanción a la discriminación.

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