Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Martinica

Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Martinica

Creación. Martinica, que auna las características de ser un país del Caribe y un departamento francés de ultramar, celebra su primera bienal regional, del 23 de noviembre de 2013 al 15 de enero de 2014.

Como suele suceder, esa “Bienal Internacional de Arte Contemporáneo”, nombre definitorio pero muy largo, ya se identifica por sus siglas: BIAC.

Si bien es cierto que sus artistas participan frecuentemente en los encuentros internacionales y sobre todo los regionales, el Caribe francófono necesitaba un programa propio y, desde hace muchos años, lo había intentado con el evento llamado Indigo en Guadalupe -el cual no pudo pasar de tres ediciones por falta de medios y dificultades internas-. Casi siempre asociada a Guadalupe, su vecina, por un mismo estatus político–administrativo, Martinica se destaca por una personalidad fuerte y afirmada, con una particular riqueza en la música, las letras y las artes, teniendo a orgullo

su patrimonio creador.

La BIAC, un proyecto en carpeta desde hace años, cautelosamente madurado y ahora de próxima realización, puede imponerse y tener un futuro brillante: su primera manifestación y edición es primordial, siendo un asunto de perspectiva, organización y convocatoria.

Sus gestores la consideran fundamental para su protagonismo cultural y ciertamente no están equivocados.

Fundamentos y originalidad de la BIAC. Varias bienales existen en el Caribe, en Cuba –la más contundente-, Puerto Rico, Curazao y Aruba –la más discreta- y en República Dominicana – la más irregular, hoy trienal y en vía de ser quinquenal-. Cada una tiene sus rasgos propios, pero se limita a las artes visuales, aunque actividades paralelas conciernan eventualmente a otras disciplinas.

La BIAC, desde sus inicios, es distinta. Surge conmemorando el centenario del nacimiento del egregio intelectual y poeta, Aimé Césaire, y este aniversario determina la temática. “De la resonancia del grito literario en las artes visuales” (De la résonance du cri littéraire dans les arts visuels).

El famoso maestro africano, Ousmane Sow, apadrina y apoya esta aproximación entre arte contemporáneo y literatura, una iniciativa, sino necesaria, excelente. Patrick Chamoiseau, premiado novelista y ensayista, tiene allí un papel gestor, junto a Edward Sullivan, catedrático norteamericano y profundo conocedor del arte caribeño.

Expresa la directora de la BIAC, Johanna Auguiac Celenice: “Los posibles entre la literatura y las artes visuales rebosan de inventiva. Asociar la literatura a las artes visuales, es provocar un encuentro, intentar a partir de una experiencia común, crear un doble sendero, uno y otro completándose y hallándose”. Ese “enriquecimiento de la gramática y los códigos de un arte a otro” se va a ilustrar con dibujo, pintura, escultura, grabado, fotografía, instalación, medios mixtos, todas categorías correspondiendo respectivamente a la plenitud de la palabra.

Ese festejo de la creación comenzará con conferencias y se acompañará de una multitud de actividades, predominando aquellas dirigidas hacia los escolares y los jóvenes.

Además, la BIAC, en sus planteamientos, quiere estimular a los talentos emergentes, más que consagrar la maestría.

Dos grandes pabellones han sido instituidos: el Pabellón Internacional y el Pabellón Martinica, ya que la bienal es oportunidad para que la parte artística nacional se destaque.

Luego, arte público, “street art”, despliegue impresionante en calles y plazas animarán varios lugares distantes -no solamente el centro capitalino-, para favorecer una participación ciudadana global. Tanto para los artistas nativos como para los extranjeros, la selección se ha realizado mediante curaduría – los comisarios son Tumelo Mosaka y Holly Bynoe- y por invitación.

Filosofía de la BIAC. Tanto en el Caribe anglófono como en el francófono, en cualquier encuentro importante, no solamente se afirma una preocupación por el desarrollo, florecimiento y actualización del arte local, sino por la identidad cultural genuina, el compromiso y la conciencia en torno a la negritud, aunque con la mayor libertad de interpretación.

En ese enfoque, no cabe duda de que esta Bienal de Martinica va a ser un aporte a la creatividad y difusión del arte intercaribeño.

La seguiremos cuidadosamente.

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