Bienal Nacional de Artes Visuales: el Día del Artista Plástico

Bienal Nacional de Artes Visuales: el Día del Artista Plástico

Cada Bienal Nacional de las Artes Visuales sigue siendo fiel a una definición que no debe cambiar, so pena de desnaturalizar su alcance y significación, único en la vida cultural del país.

La bienal oficial proyecta el dinamismo artístico, manifiesta la fuerza creativa, valora la permanencia, la evolución y la renovación de las formas de expresión, incluyendo ya percepciones mixtas. Pretende ser un diagnóstico de las artes visuales en una fecha y un período determinados.
Presenta tendencias y alternativas, innovaciones, avances y pausas aun, revela variaciones en la marcha hacia el futuro y la acogida de la tecnología. En fin, constituye el máximo acontecimiento para el arte dominicano, por las centenas de obras concurrentes, así como por la inquietud y el fervor que motivan a todos los participantes.
Una bienal histórica. La XXIX Bienal tiene una vigencia especial. Se le esperó {im}pacientemente durante cuatro años. Se ha vaticinado que no tendría lugar, y todavía voces agoreras quieren cuestionar o fingen ignorar su fecha. Ahora bien, en un enfoque positivo y concreto, la bienal se va a celebrar en un Museo de Arte Moderno… como nunca lo hemos conocido.
Instalaciones, climatización, mobiliario, vitrinas, ambientación, exteriores, interiores, oficinas, salas, depósitos, no solamente el Museo de Arte Moderno habrá pasado por un extraordinario proceso de rejuvenecimiento, sino por una actualización a la medida de su índole institucional.
Inauguración. Será la Bienal Nacional que estrenará esa tan anhelada renovación, y la primera dentro del conjunto de la Plaza de la Cultura.
La inauguración, el 17 de diciembre, será, pues, histórica…. y que se haya elegido una fecha cargada de significación, el Día del Artista Plástico, acentúa la espera y las esperanzas.
El optimismo va reapareciendo.
Otros factores positivos. Las bases de la bienal también han sido remozadas y su reglamentación puesta al día. Si las categorías persisten como modos y técnicas de realización, ya no inciden en la admisión ni en la premiación. Simplemente “obras”, individuales o colectivas, se seleccionarán, se expondrán y se premiarán. Esta revisión fundamental correspondía a una condición y requerimiento de un sector de los mejores artistas contemporáneos. Esta -más que petición- exigencia fue acogida por el Ministerio de Cultura que, por cierto, nunca se había implicado con tanta trascendencia, en la actualización de la bienal.
Así, el ministerio no solamente ha abierto la bienal, de la participación a la premiación, sino que ha aumentado la cantidad y el monto de los premios. De ahora en adelante serán nueve, cada uno fijado en 300 000 pesos, y no acumulables.
Luego, duplicó la suma atribuida a la máxima premiación: el Gran Premio será de un millón de pesos. ¡Es evidente que estos avances han sido bien recibidos!
En cuánto al jurado, a ambos jurados -el de selección y el de premiación-, como siempre, sus decisiones causan la mayor preocupación. El Ministerio de Cultura ha puesto un cuidado extremo en la designación de jueces competentes y éticos, versados en el arte dominicano.
Las actividades teóricas y de animación paralelas pretenden ampliarse, dentro y fuera del Museo de Arte Moderno: ojalá así sea… La exposición retrospectiva del artista homenajeado, el querido maestro Orlando Menicucci, y la muestra especial invitada de José García Cordero, artista dominicano de fama internacional, fortalecen el interés y la curiosidad.
Además, por primera vez, el artista invitado expondrá en una institución privada, y no había mejor elección que el ejemplar Museo Bellapart, cuya colección de arte dominicano se reconoce como excepcional.
La XXIX Bienal Nacional de Artes Visuales va por buen camino.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas